El Dr. Richard B. Hoover sostiene haber descubierto bacterias extraterrestres en una serie de raros meteoritos que son los objetos más viejos de nuestro sistema solar.
El Dr. Richard B. Hoover dice haber hecho un extraordinario descubrimiento que confirmaría la existencia de vida extraterrestre. Más allá de las expectativas que generó la NASA con sus microorganismos capaces de vivir en el metano hace unos meses, el descubrimiento de Hoover podría ser el acontecimiento fundamental en la historia de la astrobiología.
“No estamos solos en el universo -y formas de vida extraterrestre podrían tener más en común con la vida en la Tierra de lo que pensamos”, dijo Hoover a Fox News.
La conclusion de Hoover fue publicada en la nueva edición del Journal of Cosmology, y en un hecho histórico, está siendo revisada por hasta 5 mil colegas.
Hoover, quien trabaja para el Marshall Space Flight Center, ha viajado a remotas áreas como la Antártida, Siberia, Alaska y otras más, recolectando muestras de meteoritos. En su nuevo trabajo, Hoover describe una clase de meteoritos extremadamente raros, conocidos como CI1 condritas carbonaceos –sólo nueve de estos meteoritos que, incidentemente, son los cuerpos más viejos de nuestro sistema solar, han sido hallado en la Tierra. Hoover está convencido de que ha descubierto evidencia fósil de vida bacterial en dichos meteoritos: los restos de organismos vivientes de cuerpos celestes –cometas, lunas, etc.-. Lo que sugiere por extensión que no estamos solos en el universo.
Las bacterias que describe Hoover son a la vez como ninguna que existe en nuestro planeta y en cierta forma similares a algunas formas de vida existentes.
“Lo emocionante es que en muchos casos son reconocibles y pueden ser asociadas con especies geneticas aquí en la Tierra. Hay algunas que simplemente son muy extrañas y no se parecen a nada de lo que he podido identificar, y se las he mostrado a muchos otros expertos y les ha pasado lo mismo”, dijo Hoover.
Específicamente Hoover sostiene haber descubierto trazos de filamentos y remanentes de organismos similares a las algas llamados cyanobacterias. Otro descubrimiento fue similar a la bacteria llamada Titanspirillum veloc. Los organismos eran muy similares salvo por el hecho de que carecían de nitógeno.
Esto es importante, Hoover señala: “los restos de formas de vida extraterrestre que crecieron en los cuerpos que dieron origen a las meteoritos cuando agua líquida estaba presente, mucho antes de que los meteoritos entraran a la atmósfera de la Tierra”, dijo Hoover.
Por el momento la comunidad científica recomienda proceder con cautela, requiriendo evidencia extraordinaria para un tema extraordinario. Sin embargo, lo que sugiere Hoover es altamente resonante con lo que se viene manejando en la astrobiologya y con la intuición misma: que la vida llegó del espacio, quizás, como creía el descubridor de la doble hélice del ADN, Francis Crick, sembrada por una inteligencia cósmica, que juega una especie de billar divino -la panspermia dirigida- y la correspondencia de las formas no es casualidad, el cometa es una esperma cósmico y somos hijos de las estrellas.
“No estamos solos en el universo -y formas de vida extraterrestre podrían tener más en común con la vida en la Tierra de lo que pensamos”, dijo Hoover a Fox News.
La conclusion de Hoover fue publicada en la nueva edición del Journal of Cosmology, y en un hecho histórico, está siendo revisada por hasta 5 mil colegas.
Hoover, quien trabaja para el Marshall Space Flight Center, ha viajado a remotas áreas como la Antártida, Siberia, Alaska y otras más, recolectando muestras de meteoritos. En su nuevo trabajo, Hoover describe una clase de meteoritos extremadamente raros, conocidos como CI1 condritas carbonaceos –sólo nueve de estos meteoritos que, incidentemente, son los cuerpos más viejos de nuestro sistema solar, han sido hallado en la Tierra. Hoover está convencido de que ha descubierto evidencia fósil de vida bacterial en dichos meteoritos: los restos de organismos vivientes de cuerpos celestes –cometas, lunas, etc.-. Lo que sugiere por extensión que no estamos solos en el universo.
Las bacterias que describe Hoover son a la vez como ninguna que existe en nuestro planeta y en cierta forma similares a algunas formas de vida existentes.
“Lo emocionante es que en muchos casos son reconocibles y pueden ser asociadas con especies geneticas aquí en la Tierra. Hay algunas que simplemente son muy extrañas y no se parecen a nada de lo que he podido identificar, y se las he mostrado a muchos otros expertos y les ha pasado lo mismo”, dijo Hoover.
Específicamente Hoover sostiene haber descubierto trazos de filamentos y remanentes de organismos similares a las algas llamados cyanobacterias. Otro descubrimiento fue similar a la bacteria llamada Titanspirillum veloc. Los organismos eran muy similares salvo por el hecho de que carecían de nitógeno.
Esto es importante, Hoover señala: “los restos de formas de vida extraterrestre que crecieron en los cuerpos que dieron origen a las meteoritos cuando agua líquida estaba presente, mucho antes de que los meteoritos entraran a la atmósfera de la Tierra”, dijo Hoover.
Por el momento la comunidad científica recomienda proceder con cautela, requiriendo evidencia extraordinaria para un tema extraordinario. Sin embargo, lo que sugiere Hoover es altamente resonante con lo que se viene manejando en la astrobiologya y con la intuición misma: que la vida llegó del espacio, quizás, como creía el descubridor de la doble hélice del ADN, Francis Crick, sembrada por una inteligencia cósmica, que juega una especie de billar divino -la panspermia dirigida- y la correspondencia de las formas no es casualidad, el cometa es una esperma cósmico y somos hijos de las estrellas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario