The Hum es un zumbido estrepitoso de baja frecuencia que se ha reportado en distintos puntos del globo. Sus efectos son la privación de sueño, la imposibilidad de concentración e incluso la locura de aquellos que lo escuchan por mucho tiempo. Estas son algunas teorías sobre su procedencia.
Desde hace tiempo se han estado reportando testimonios de personas que escuchan el misterioso fenómeno conocido como the hum (el zumbido). Se trata de un sonido estable, zumbante, que se escucha en lugares tan disparatados como Taos, Nuevo México, Bristol, Inglaterra y Largs, Escocia. A pesar de numerosas investigaciones científicas para encontrar la fuente de este sonido y para averiguar por qué afecta sólo a un porcentaje de la población, elHum sigue siendo un misterio.
Este misterio se caracteriza por ser un murmullo estrepitoso de muy baja frecuencia que puede invadir la mente de quien lo escucha al punto de que se han reportado un par de suicidios por su causa. La mayoría de las víctimas reportan que el sonido es más perturbador por las noches y en el interior de sus casas. Por desgracia, la fuente de este fenómeno es virtualmente imposible de rastrear. Pero en 2012, el Dr. Glen MacPherson –víctima del zumbido– lanzó una base de datos llamada The World Hum Map and Database para coleccionar testimonios de otras víctimas del zumbido y trazar su impacto global.
MacPherson rápidamente descubrió que lo que para él era un extraño murmullo estruendoso estaba teniendo efectos perniciosos en cientos de personas, desde dolores de cabeza hasta irritabilidad y privación de sueño. The Guardian reportó dos suicidios en Bristol a causa de este murmullo incesante. El fenómeno ha alcanzado tales niveles de estrés que muchas personas se han dedicado a la tarea descubrir su fuente.
Tom Moir, un profesor de la Universidad de Tecnología de Auckland, colocó un anuncio en el periódico local después de recibir una visita de una víctima del Hum y recibió cientos de respuestas de personas que también escuchaban ese sonido y reportaban que les impedía dormir o concentrarse.
La siguiente es una presunta grabación del Hum de Auckland, por el profesor Moir:
Después de casi cuatro décadas, los investigadores del zumbido finalmente podrían tener una idea de lo que sucede. El consenso general entre las víctimas es que el Hum está compuesto de frecuencias extremadamente bajas de ondas de radio, que pueden penetrar edificios y viajar a través de distancias larguísimas. Ello podría provenir de áreas que estén altamente industrializadas; o, más interesante, podría deberse a la consecuencia de un accidente biológico del sistema TACAMO, usado por la naval estadounidense en la década de los sesenta para enviar instrucciones a submarinos. Debido a sus largas longitudes de onda, las frecuencias bajas pueden atravesar grandes obstáculos como montañas y edificios, propagarse alrededor del globo usando la ionósfera de la Tierra y penetrar el agua de mar a una profundidad de casi 40 metros. Como todas las otras ondas electromagnéticas, las frecuencias tan bajas (VLF) han demostrado tener un impacto en funciones biológicas.
Ello explicaría por qué el fenómeno aparece y desaparece por meses a la vez, y por qué está distribuido tan extrañamente alrededor del mundo. Existen otras teorías sobre la fuente del perturbador sonido, y sin duda seguirán surgiendo hasta que alguien logre acabar con él (si es que es posible), pero el daño psico-emocional es irreversible. “Es un subproducto de la modernidad, un elemento fijo en la geografía humana, como lo es la contaminación”, apunta Jared Keller para Policy.Mic. “Mientras tanto, muchos sólo quieren identificar un poco de alivio”.
Fuente: pijamasurf
Este misterio se caracteriza por ser un murmullo estrepitoso de muy baja frecuencia que puede invadir la mente de quien lo escucha al punto de que se han reportado un par de suicidios por su causa. La mayoría de las víctimas reportan que el sonido es más perturbador por las noches y en el interior de sus casas. Por desgracia, la fuente de este fenómeno es virtualmente imposible de rastrear. Pero en 2012, el Dr. Glen MacPherson –víctima del zumbido– lanzó una base de datos llamada The World Hum Map and Database para coleccionar testimonios de otras víctimas del zumbido y trazar su impacto global.
MacPherson rápidamente descubrió que lo que para él era un extraño murmullo estruendoso estaba teniendo efectos perniciosos en cientos de personas, desde dolores de cabeza hasta irritabilidad y privación de sueño. The Guardian reportó dos suicidios en Bristol a causa de este murmullo incesante. El fenómeno ha alcanzado tales niveles de estrés que muchas personas se han dedicado a la tarea descubrir su fuente.
Tom Moir, un profesor de la Universidad de Tecnología de Auckland, colocó un anuncio en el periódico local después de recibir una visita de una víctima del Hum y recibió cientos de respuestas de personas que también escuchaban ese sonido y reportaban que les impedía dormir o concentrarse.
La siguiente es una presunta grabación del Hum de Auckland, por el profesor Moir:
Después de casi cuatro décadas, los investigadores del zumbido finalmente podrían tener una idea de lo que sucede. El consenso general entre las víctimas es que el Hum está compuesto de frecuencias extremadamente bajas de ondas de radio, que pueden penetrar edificios y viajar a través de distancias larguísimas. Ello podría provenir de áreas que estén altamente industrializadas; o, más interesante, podría deberse a la consecuencia de un accidente biológico del sistema TACAMO, usado por la naval estadounidense en la década de los sesenta para enviar instrucciones a submarinos. Debido a sus largas longitudes de onda, las frecuencias bajas pueden atravesar grandes obstáculos como montañas y edificios, propagarse alrededor del globo usando la ionósfera de la Tierra y penetrar el agua de mar a una profundidad de casi 40 metros. Como todas las otras ondas electromagnéticas, las frecuencias tan bajas (VLF) han demostrado tener un impacto en funciones biológicas.
Ello explicaría por qué el fenómeno aparece y desaparece por meses a la vez, y por qué está distribuido tan extrañamente alrededor del mundo. Existen otras teorías sobre la fuente del perturbador sonido, y sin duda seguirán surgiendo hasta que alguien logre acabar con él (si es que es posible), pero el daño psico-emocional es irreversible. “Es un subproducto de la modernidad, un elemento fijo en la geografía humana, como lo es la contaminación”, apunta Jared Keller para Policy.Mic. “Mientras tanto, muchos sólo quieren identificar un poco de alivio”.
Fuente: pijamasurf
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