Si tu mejor amiga muere repentinamente y en extrañas circunstancias, ¿por qué no intentar contactar con ella para, al menos, despedirte? Así comienza la película 'Ouija', que se estrena ahora en España y que rescata de nuevo este popular juego que tanta polémica general.
«Súbita e inexplicable». Así calificaron los médicos del Hospital Gregorio Marañón lamuerte de Estefanía Gutiérrez, la protagonista del famoso 'Caso Vallecas'. El mentidero de internet y del mundo paranormal cuenta que la cría, de 18 años, se reunió un día con unas compañeras en el baño del instituto a jugar con la ouija. Durante la sesión, una profesora las sorprendió, cortando la comunicación con el espíritu con el que supuestamente habían conectado. Primera regla rota. Las chicas presentes aseguran que de repente un humo se introdujo en los orificios de Estefanía. Y ahí comenzó el calvario. Para ella, que murió a los meses repentinamente, y para su familia, que tras escuchar voces y ver sombras día sí, día también tuvo que abandonar la casa.
Ahora, la película 'Ouija' recupera ese furor por esta tabla cuyo origen exacto se desconoce. El filme, dirigido por Stiles White, comienza con lamuerte de Debbie en extrañas circunstancias. Su amiga de la infancia Laine y su novio Pete encuentran un viejo tablero de ouija en la habitación de la chica, así que deciden usarlo —con algo de escepticismo— para despedirse de ella. Llenos de curiosidad, los adolescentes comienzan a hacer preguntas sobre la insólita muerte de la joven y descubren que el espíritu que habita el tablero se hace llamar DZ. Por lo visto, no tiene ninguna intención de acabar con las sesiones.
Origen del juego
La idea no es nueva, claro, pero tampoco es necesario que lo sea. Un elemento tan popular como la ouija es sinónimo de éxito. Para los que creen y para los que no. «Aparentemente es una forma de entrar en contacto con otras realidades, con unos entes supuestamente superiores a nosotros que nos revelan cosas que creemos no saber», explica José Luis Hermida, catedrático, investigador y colaborador habitual del programa Cuarto Milenio. «Desde la más remota antigüedad, las personas han buscado el medio de comunicarse con los 'dioses' del más allá para preguntarles por su destino e indagar en sus zonas oscuras», añade.
Los orígenes de esta tabla son inciertos, aunque las investigaciones llevadas a cabo apuntan a que la idea procede del Antiguo Egipto, donde tenían un objeto similar: un anillo de piedra que se suspendía mediante un hilo sujeto por el maestro de ceremonias sobre una tabla con diferentes símbolos. Sin embargo, la fecha definitiva de su surgimiento es mayo de 1890, cuando el estadounidense Elijah Jefferson Bond registró la patente. Él como inventor y William H. A. Maupin y Charles W. Kennard como titulares. Este último fue quien le dio el nombre de ouija.
El poder del subconsciente
Según cuenta José Luis Hermida, la ouija sí funciona: «Hay sesiones que superan cualquier prueba de control. Participantes con los ojos vendados, letras móviles en tableros magnéticos que se van cambiando sin que los participantes, al estar vendados, puedan saber su posición». Para él, lo importante no es saber si realmente podemos comunicarnos con los espíritus o no, sino por qué hay gente que ha vivido casos como el de Estefanía. Así que la pregunta que lanza este catedrático e investigador es «si son realmente espíritus los que se comunican con nosotros o es algo mucho más cercano».
El caso que más recuerda es el de unas jóvenes que tras jugar con la ouija estuvieron a punto de suicidarse. «Decían, así lo creían ellas, que habían contactado con el espíritu de un ser maligno, que se identificaba como Satanás, les exigía el sacrificio de sus vidas, una tras otra, hasta su exterminio total. Y así lo intentaron para complacer al Señor de las Tinieblas, aunque afortunadamente no tuvieron éxito. No obstante hubo intentos de suicidio y muchos meses de recuperación luchando por la vida en el hospital», relata Hermida.
Como muchos de los investigadores de lo paranormal, José Luis Hermida también es escéptico y no abandona el punto racional en todo este asunto: «Casi un porcentaje total del resultado de estas prácticas se debe a la sugestión de uno o de varios de los componentes». A pesar de ello, considera que es «un juego muy peligroso», pero no porque sean espíritus malignos que pretendan hacer daño sino por el papel de la mente y del subconsciente. «Son las represiones, deseos y aspectos más ocultos de nuestra personalidad los que parece ser que se manifiestan a través de un tablero ouija. Sin descartar la conexión telepática con otras personas no presentes que también 'infectan' con su subconsciente la comunicación. Utilizamos un material precioso, nuestra mente, pero no sabemos que es ella la que nos conduce incluso a nuestra propia destrucción», explica.
El efecto ideomotor
Pero, ¿qué hay del 'indicador' o 'máster', eseobjeto que se mueve por la tabla formando palabras? Según la ciencia, lo que produce este movimiento responde a un efecto conocido como 'ideomotor'. Según este fenómeno psicológico, al esperar una respuesta —este juego funciona realizando preguntas—, las personas realizan movimientos inconscientes y de manera automática. Al parecer, el autoengaño que genera es tan poderoso que muchos no pueden asumir que esos desplazamientos se originan en sus mentes.
El contrapunto a esta teoría lo ofrece Hermida, quien asegura que «la fuerza mental de uno o de varios de los participantes (a veces con una leve ayuda de la yema de los dedos o incluso sin ella) puede mover el objeto que se desliza por el tablero. Incluso con una violencia y rapidez sorprendentes». Puede que la fuerza superior que presuponemos que está al "otro lado" de la ouija no sea otra cosa que un abismo descontrolado que ha larvado en nuestro interior.
Ahora, la película 'Ouija' recupera ese furor por esta tabla cuyo origen exacto se desconoce. El filme, dirigido por Stiles White, comienza con lamuerte de Debbie en extrañas circunstancias. Su amiga de la infancia Laine y su novio Pete encuentran un viejo tablero de ouija en la habitación de la chica, así que deciden usarlo —con algo de escepticismo— para despedirse de ella. Llenos de curiosidad, los adolescentes comienzan a hacer preguntas sobre la insólita muerte de la joven y descubren que el espíritu que habita el tablero se hace llamar DZ. Por lo visto, no tiene ninguna intención de acabar con las sesiones.
Origen del juego
La idea no es nueva, claro, pero tampoco es necesario que lo sea. Un elemento tan popular como la ouija es sinónimo de éxito. Para los que creen y para los que no. «Aparentemente es una forma de entrar en contacto con otras realidades, con unos entes supuestamente superiores a nosotros que nos revelan cosas que creemos no saber», explica José Luis Hermida, catedrático, investigador y colaborador habitual del programa Cuarto Milenio. «Desde la más remota antigüedad, las personas han buscado el medio de comunicarse con los 'dioses' del más allá para preguntarles por su destino e indagar en sus zonas oscuras», añade.
Los orígenes de esta tabla son inciertos, aunque las investigaciones llevadas a cabo apuntan a que la idea procede del Antiguo Egipto, donde tenían un objeto similar: un anillo de piedra que se suspendía mediante un hilo sujeto por el maestro de ceremonias sobre una tabla con diferentes símbolos. Sin embargo, la fecha definitiva de su surgimiento es mayo de 1890, cuando el estadounidense Elijah Jefferson Bond registró la patente. Él como inventor y William H. A. Maupin y Charles W. Kennard como titulares. Este último fue quien le dio el nombre de ouija.
Imagen de la primera tabla ouija, creada en 1891. |
El poder del subconsciente
Según cuenta José Luis Hermida, la ouija sí funciona: «Hay sesiones que superan cualquier prueba de control. Participantes con los ojos vendados, letras móviles en tableros magnéticos que se van cambiando sin que los participantes, al estar vendados, puedan saber su posición». Para él, lo importante no es saber si realmente podemos comunicarnos con los espíritus o no, sino por qué hay gente que ha vivido casos como el de Estefanía. Así que la pregunta que lanza este catedrático e investigador es «si son realmente espíritus los que se comunican con nosotros o es algo mucho más cercano».
El caso que más recuerda es el de unas jóvenes que tras jugar con la ouija estuvieron a punto de suicidarse. «Decían, así lo creían ellas, que habían contactado con el espíritu de un ser maligno, que se identificaba como Satanás, les exigía el sacrificio de sus vidas, una tras otra, hasta su exterminio total. Y así lo intentaron para complacer al Señor de las Tinieblas, aunque afortunadamente no tuvieron éxito. No obstante hubo intentos de suicidio y muchos meses de recuperación luchando por la vida en el hospital», relata Hermida.
Como muchos de los investigadores de lo paranormal, José Luis Hermida también es escéptico y no abandona el punto racional en todo este asunto: «Casi un porcentaje total del resultado de estas prácticas se debe a la sugestión de uno o de varios de los componentes». A pesar de ello, considera que es «un juego muy peligroso», pero no porque sean espíritus malignos que pretendan hacer daño sino por el papel de la mente y del subconsciente. «Son las represiones, deseos y aspectos más ocultos de nuestra personalidad los que parece ser que se manifiestan a través de un tablero ouija. Sin descartar la conexión telepática con otras personas no presentes que también 'infectan' con su subconsciente la comunicación. Utilizamos un material precioso, nuestra mente, pero no sabemos que es ella la que nos conduce incluso a nuestra propia destrucción», explica.
Fotograma de la película 'Ouija' |
Pero, ¿qué hay del 'indicador' o 'máster', eseobjeto que se mueve por la tabla formando palabras? Según la ciencia, lo que produce este movimiento responde a un efecto conocido como 'ideomotor'. Según este fenómeno psicológico, al esperar una respuesta —este juego funciona realizando preguntas—, las personas realizan movimientos inconscientes y de manera automática. Al parecer, el autoengaño que genera es tan poderoso que muchos no pueden asumir que esos desplazamientos se originan en sus mentes.
El contrapunto a esta teoría lo ofrece Hermida, quien asegura que «la fuerza mental de uno o de varios de los participantes (a veces con una leve ayuda de la yema de los dedos o incluso sin ella) puede mover el objeto que se desliza por el tablero. Incluso con una violencia y rapidez sorprendentes». Puede que la fuerza superior que presuponemos que está al "otro lado" de la ouija no sea otra cosa que un abismo descontrolado que ha larvado en nuestro interior.
Fuente: gonzoo
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