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¿Cómo era el ancestro de cocodrilos, pájaros y dinosaurios?

Para entender la evolución de un determinado grupo biológico, hace falta compararlo con el más cercano posible que siga vivo. Y si hay un tipo de animales que despiertan mucho interés, esas son las aves. Así que un grupo de investigadores ha comparado el genoma de los pájaros con el de sus primosmás cercanos: los cocodrilos.
Si nos paramos a pensarlo, cocodrilos y pájaros no se parecen demasiado. De hecho se separaron en dos ramas hace aproximadamente 240 millones de años. Y entre este ancestro común y los pájaros estuvieron en medio los dinosaurios. Entonces, ¿sirve realmente de algo estudiar a estos dos grupos en conjunto?

La respuesta está en el genoma de los cocodrilos. En concreto en un particularidad de estos animales: su “reloj molecular” va más lento, mucho más lento, que el del resto de animales. Casi diez veces más despacio que el de aves y mamíferos, que son los grupos más estudiados.

Habría que explicar qué es el reloj molecular. Con este término, los especialistas se refieren a la tasa de mutación que acumulan las especies en cada generación. Cuando el ADN se daña – o se copia mal – el organismo tiene mecanismos para repararlo. Pero la reparación no es perfecta, y siempre se “cuelan” errores.

La cantidad de errores que se mantienen en cada generación es más o menos constante dentro de cada grupo biológico. Así que las mutaciones acumuladas entre dos especies cercanas pueden servir como medida de la cantidad de tiempo que hace que se separaron.

Como el de los cocodrilos es tan lento, se puede usar para compararlo con el de las aves para saber cómo era el “abuelo de los arcosaurios” – tanto los cocodrilos como los dinosaurios, y por lo tanto las aves, pertenecen a los arcosaurios.

Así que ya tenían la metodología. El siguiente paso era comparar secuencias de genes y genomas enteros, e interpretar los resultados. Y gracias a ello han podido descubrir algunas cuestiones interesantes.

Por ejemplo, que al principio las aves cambiaban muy lentamente. Las tasas de mutación de las primeras formas avianas eran muy bajas, parecidas a las de cocodrilos o dinosaurios. Pero una vez que los grandes reptiles desaparecieron, la velocidad aumentó considerablemente.

Parece que la explicación está en la distancia entre generaciones. O dicho de una forma más simple: cuanto más jóvenes son los padres, más rápido evoluciona una especie. También influye el tamaño, mutando más rápido los animales más pequeños.

Otro resultado interesante ha sido el de descubrir cuáles son los más “dinosaurianos” de los pájaros. Las especies actuales que más cerca están de sus ancestros reptilianos son las gallinas y los pavos. Estas conclusiones las han explicado con mucho detalle en otro artículo.

Y aunque el estudio ha tenido muchos resultados, todos ellos interesantes, un objetivo que esperaban conseguir con este estudio no se ha completado. Aún no hay una explicación clara ni una fecha aproximada para el mecanismo por el que se elige el sexo de las crías de cocodrilo, que depende de la temperatura a la que crecen los huevos.

Fuente: yahoo

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