Las rocas más antiguas de la Tierra, que se encuentran en el Ártico, apuntan a la posibilidad de que el agua que cubre la superficie de nuestro planeta haya existido desde la formación de este y de que no llegara desde asteroides o cometas.
Un equipo de investigadores de la Universidad de Glasgow (Escocia, Reino Unido) ha concluido tras examinar las muestras de los basaltos más antiguos de la Tierra –hallados en 1985 en la isla de Baffin, Canadá– que el agua de los océanos de nuestro planeta puede ser de origen terrestre.
"Hemos descubierto que las moléculas de agua en las muestras de las rocas contenían pocos átomos de deuterio, el hidrógeno pesado. Ello significa que el agua no llegó a la Tierra después de que se formara y se enfriara, sino junto con el polvo del que se emergió el planeta. La mayor parte del agua se evaporó de este polvo, pero sus restos fueron suficientes para formar los océanos de la Tierra", comentó Lydia Hallis, autora del estudio.
Hasta ahora los científicos planetarios creían que las aguas de la Tierra tenían origen cósmico, es decir, que llegaron traídas por cometas o asteroides. Sin embargo, la investigación de Hallis y su equipo, cuyos resultados han sido publicados en la revista 'Science', pueden refutar la teoría.
"Hemos descubierto que las moléculas de agua en las muestras de las rocas contenían pocos átomos de deuterio, el hidrógeno pesado. Ello significa que el agua no llegó a la Tierra después de que se formara y se enfriara, sino junto con el polvo del que se emergió el planeta. La mayor parte del agua se evaporó de este polvo, pero sus restos fueron suficientes para formar los océanos de la Tierra", comentó Lydia Hallis, autora del estudio.
Hasta ahora los científicos planetarios creían que las aguas de la Tierra tenían origen cósmico, es decir, que llegaron traídas por cometas o asteroides. Sin embargo, la investigación de Hallis y su equipo, cuyos resultados han sido publicados en la revista 'Science', pueden refutar la teoría.
No hay comentarios:
Publicar un comentario