- De sobras conocidas son las múltiples manías, fobias y obsesiones que padeció a lo largo de su vida Adolf Hitler, y cómo condicionaron su vida, su forma de actuar y sobre todo la forma en la que gobernó tiránicamente Alemania, perpetró el Holocausto y condujo el mundo a la II Guerra Mundial.
Tiempo atrás os explicaba en el blog Cuaderno de Historias cómo su amor de adolescencia por una chica judía llamada Stefanie Isak se convirtió en una obsesión hasta tal punto que por su cabeza pasó la idea del suicidio tras verse rechazado.
Tampoco nos podemos olvidar del obsesivo animalismo que sentía el Führer, legislando a favor de la protección de los animales mientras asesinaba y aniquilaba a millones de seres humanos o sus manías a la hora de comer, declarándose vegetariano y obligando a aquellos que compartían mesa con él a comer lo mismo. Eso sí, nunca comía nada sin que antes fuese probada por una joven llamada Margot Woelk.
Pero sin lugar a dudas una de las mayores obsesiones de Hitler fue la que sintió por su sobrinaAngela Maria Raubal, conocida familiarmente como Geli. Fue tal el vínculo afectivo que mantuvo con la hija de su hermanastra que llegó a ser incluso enfermizo.
El hecho de que Geli quedase huérfana de padre a la temprana edad de dos años, en 1910, hizo que su tío Adolf se ocupase y preocupase de que a su madre y ella no les faltase de nada. Por aquel entonces las aspiraciones políticas de Hitler todavía estaba lejos.
Una década después, tras el fin de la Primera Guerra Mundial, Adolf disfrutaba llevando a su preadolescente sobrina a todo tipo de evento cultural que se celebraba en Viena: ópera, teatro, conciertos; convirtiéndose prácticamente en inseparables, hasta tal punto que la llevó a vivir asu propio apartamento de Múnich cuando se mudó a Alemania.
A medida que la joven Geli iba creciendo la necesidad que sentía su tío por estar con ella se agudizaba. A pesar de los 19 años de diferencia que se llevaban a Hitler no le importaba los chismorreos de aquellos que opinaban más de la cuenta sobre el enamoramiento que él sentía hacia su sobrina.
Pero según fue cumpliendo años Geli cada vez se sentía más incomoda y hastiada ante la presencia de su tío, quien no la dejaba a solas ni un instante y las pocas veces que lo hacía la ponía al cuidado de personas de su confianza. Existe constancia de cartas escritas por la muchacha a una amiga en la que se queja amargamente del acoso al que la sometía Hitler y de las cosas que llegaba a exigirle, calificándolo como ‘monstruo’ en una de sus misivas.
Una de esas personas a las que confió el cuidado y vigilancia de su sobrina fue Emil Maurice, amigo personal, cofundador en 1919 del Partido Obrero Alemán (embrión del Partido Nazi) y chófer personal de Hitler.
El hecho de que Emil y Geli pasaran muchas horas juntos hizo que ocurriera lo inevitable, enamorándose cuando ella contaba con 20 años de edad y él 31.
Como es de suponer, cuando la noticia del noviazgo entre Geli y Emil llegó a sus oídos, Hitler entró en cólera. Anecdóticamente hay que destacar que fue un sacerdote, amigo de ambos, llamado Bernhard Stempfle quien puso en conocimiento de Hitler la relación amorosa de su sobrina y el chofer.
En un principio se opuso a dicho noviazgo, pero ante la insistencia de su sobrina accedió a una futura relación entre ambos siempre y cuando esperasen un par de años a que ella acabase sus estudios.
Pero Hitler era un hombre rencoroso y no perdonaba una deslealtad, por lo que decidió apartar a Emil de su servicio y enviarlo a otro destino. Por aquel entonces (1929) Hitler ya estaba encaminado a conseguir la Cancillería y se había convertido en el líder indiscutible del nacionalsocialismo alemán.
Decidió distanciarse de Geli y casualmente por aquella fecha se le cruzó en el camino una joven de 17 años llamada Eva Braun con la que comenzó a tener una relación sentimental que le ayudaría a olvidar o al menos mitigar lo que sentía por su sobrina.
En 1931, transcurrido el plazo de dos años que Adolf Hitler dio a Geli y Emil para que pudiesen retomar su relación sentimental, la joven veía como su tío seguía sin darles permiso para verse y disfrutar de un noviazgo.
El 18 de septiembre de ese mismo año fue una fecha fatídica: Geli Raubal decidía suicidarse tras mantener una amarga discusión con su tío. Los motivos reales por el que la joven se quitó la vida no trascendieron, pero todo hacía suponer que fue por la negativa de Hitler a que ella abandonase el apartamento de Múnich y mantuviera una relación sentimental con Emil.
La mermada salud mental del líder nazi se vio todavía más afectada tras el suicidio de su sobrina y a pesar de que su opositores trataron de sacar provecho a la morbosa noticia, su imagen apenas se vio afectada ya que por aquel entonces el Partido Nacionalsocialista ya era la segunda fuerza política del país y su ascenso hacia la Cancillería era imparable.
Fuente: yahoo
Tampoco nos podemos olvidar del obsesivo animalismo que sentía el Führer, legislando a favor de la protección de los animales mientras asesinaba y aniquilaba a millones de seres humanos o sus manías a la hora de comer, declarándose vegetariano y obligando a aquellos que compartían mesa con él a comer lo mismo. Eso sí, nunca comía nada sin que antes fuese probada por una joven llamada Margot Woelk.
Pero sin lugar a dudas una de las mayores obsesiones de Hitler fue la que sintió por su sobrinaAngela Maria Raubal, conocida familiarmente como Geli. Fue tal el vínculo afectivo que mantuvo con la hija de su hermanastra que llegó a ser incluso enfermizo.
El hecho de que Geli quedase huérfana de padre a la temprana edad de dos años, en 1910, hizo que su tío Adolf se ocupase y preocupase de que a su madre y ella no les faltase de nada. Por aquel entonces las aspiraciones políticas de Hitler todavía estaba lejos.
Una década después, tras el fin de la Primera Guerra Mundial, Adolf disfrutaba llevando a su preadolescente sobrina a todo tipo de evento cultural que se celebraba en Viena: ópera, teatro, conciertos; convirtiéndose prácticamente en inseparables, hasta tal punto que la llevó a vivir asu propio apartamento de Múnich cuando se mudó a Alemania.
Hitler se obsesionó enfermizamente de su sobrina Geli Raubal |
Pero según fue cumpliendo años Geli cada vez se sentía más incomoda y hastiada ante la presencia de su tío, quien no la dejaba a solas ni un instante y las pocas veces que lo hacía la ponía al cuidado de personas de su confianza. Existe constancia de cartas escritas por la muchacha a una amiga en la que se queja amargamente del acoso al que la sometía Hitler y de las cosas que llegaba a exigirle, calificándolo como ‘monstruo’ en una de sus misivas.
Una de esas personas a las que confió el cuidado y vigilancia de su sobrina fue Emil Maurice, amigo personal, cofundador en 1919 del Partido Obrero Alemán (embrión del Partido Nazi) y chófer personal de Hitler.
El hecho de que Emil y Geli pasaran muchas horas juntos hizo que ocurriera lo inevitable, enamorándose cuando ella contaba con 20 años de edad y él 31.
Como es de suponer, cuando la noticia del noviazgo entre Geli y Emil llegó a sus oídos, Hitler entró en cólera. Anecdóticamente hay que destacar que fue un sacerdote, amigo de ambos, llamado Bernhard Stempfle quien puso en conocimiento de Hitler la relación amorosa de su sobrina y el chofer.
En un principio se opuso a dicho noviazgo, pero ante la insistencia de su sobrina accedió a una futura relación entre ambos siempre y cuando esperasen un par de años a que ella acabase sus estudios.
Pero Hitler era un hombre rencoroso y no perdonaba una deslealtad, por lo que decidió apartar a Emil de su servicio y enviarlo a otro destino. Por aquel entonces (1929) Hitler ya estaba encaminado a conseguir la Cancillería y se había convertido en el líder indiscutible del nacionalsocialismo alemán.
Decidió distanciarse de Geli y casualmente por aquella fecha se le cruzó en el camino una joven de 17 años llamada Eva Braun con la que comenzó a tener una relación sentimental que le ayudaría a olvidar o al menos mitigar lo que sentía por su sobrina.
En 1931, transcurrido el plazo de dos años que Adolf Hitler dio a Geli y Emil para que pudiesen retomar su relación sentimental, la joven veía como su tío seguía sin darles permiso para verse y disfrutar de un noviazgo.
El 18 de septiembre de ese mismo año fue una fecha fatídica: Geli Raubal decidía suicidarse tras mantener una amarga discusión con su tío. Los motivos reales por el que la joven se quitó la vida no trascendieron, pero todo hacía suponer que fue por la negativa de Hitler a que ella abandonase el apartamento de Múnich y mantuviera una relación sentimental con Emil.
La mermada salud mental del líder nazi se vio todavía más afectada tras el suicidio de su sobrina y a pesar de que su opositores trataron de sacar provecho a la morbosa noticia, su imagen apenas se vio afectada ya que por aquel entonces el Partido Nacionalsocialista ya era la segunda fuerza política del país y su ascenso hacia la Cancillería era imparable.
Fuente: yahoo
No hay comentarios:
Publicar un comentario