El conocimiento científico y médico todavía era muy limitado, por lo que no era sorprendente que una buena cura para la epilepsia fuera la sangre de un gladiador… La llegada de la Edad Moderna dio un nuevo impulso al comercio y al contacto entre los continentes facilitando las relaciones.
De hecho la Iglesia prohibió que se tocara el Tritone porque la combinación sonaba de manera diabólica. Si alguien era sorprendido tocándolo, terminaba entre rejas (Wikimedia Commons).
Los monjes antiguamente tenían que reescribir a mano cientos de libros y por eso era frecuente que cometieran errores. Sin embargo, no querían admitirlos y echaban la culpa a Titivillus, un pequeño demonio que era el que se encargaba de ellos.
Solo cuando un luchador estaba considerado como uno de los mejores, podía modificar sus dientes y de esta manera se sabía perfectamente cuál era su estatus social. También había guerreros que se los agujereaban porque creían que así luchaban mejor.
Puede parecer una tontería, pero lo cierto es que solo hace 30 años que se demostró que esta afirmación era falsa. La creencia era que sus cerebros estaban demasiado subdesarrollados como para sentir dolor, por lo que las operaciones se hacían sin anestesia.
Los animales podían ser juzgados
Tenían que comparecer ante un tribunal a escuchar los veredictos por sus supuestos crímenes. Muy mal lo pasaron los gatos, ya que se consideraba que eran el enviado del diablo y cuya población disminuyó significativamente.
Algunos animales nacían de la nada
El pensamiento generalizado era que el moho, las lombrices o los insectos podían aparecer simplemente de la basura, la suciedad o el polvo. Era bastante fácil comprobar el error, pero no lo hicieron.
Sufrían mucha persecución porque sus testículos eran muy valiosos para la medicina. Al estar tanto tiempo en el agua se les consideraba un pez más.Había espíritus malignos en las coles de Bruselas
En la Gran Bretaña medieval se pensaba que había pequeños demonios escondidos en los brotes. Si alguien se comía uno se producía una intoxicación alimentaria. Igual lavando la verdura se habría solucionado el problema.
Las abejas eran pájaros
Se pensaba que eran aves pequeñas que no solo producían miel, sino que también tenían batallas contra otras colmenas hostiles. Si una abeja rompía la ley de su colmena, se pensaba que moría por la culpa.
Existía un enorme continente en el Pacífico
Se trataba de una enorme extensión de tierra que se había terminado hundiendo. La historia decía que gradualmente había empezado a hundirse hasta desaparecer bajo las aguas.
La sangre de un gladiador podía curar la epilepsia
Una costumbre que venía desde los romanos, ya que se hacían sacrificios antes de los combates que les otorgaban fuerza y resistencia. Por eso se pensaba que la sangre de los gladiadores tenía efectos milagrosos.
Las brujas guardaban los genitales masculinos como mascotas
Se decía incluso que eran capaces de comunicarse entre ellas a través de los genitales y que incluso los ponían en nidos y los alimentaban.
Había pequeños seres en el esperma
De hecho hasta el siglo XVIII se pensó que los humanos ya estaban formados y que lo único que tenían que hacer era crecer en la incubadora que era el vientre de la madre.
El corazón se enterraba separado del cuerpo de la persona
En el siglo X se puso de moda entre las clases más ricas el enterrarse en lugares distantes a donde habían muerto, pero el transporte del cuerpo era muy difícil. ¿Solución? Enterrar el corazón allí donde no podía llegar el cuerpo.
Se pensaba que eran aves pequeñas que no solo producían miel, sino que también tenían batallas contra otras colmenas hostiles. Si una abeja rompía la ley de su colmena, se pensaba que moría por la culpa.
Existía un enorme continente en el Pacífico
Se trataba de una enorme extensión de tierra que se había terminado hundiendo. La historia decía que gradualmente había empezado a hundirse hasta desaparecer bajo las aguas.
La sangre de un gladiador podía curar la epilepsia
Una costumbre que venía desde los romanos, ya que se hacían sacrificios antes de los combates que les otorgaban fuerza y resistencia. Por eso se pensaba que la sangre de los gladiadores tenía efectos milagrosos.
Las brujas guardaban los genitales masculinos como mascotas
Se decía incluso que eran capaces de comunicarse entre ellas a través de los genitales y que incluso los ponían en nidos y los alimentaban.
De hecho hasta el siglo XVIII se pensó que los humanos ya estaban formados y que lo único que tenían que hacer era crecer en la incubadora que era el vientre de la madre.
En el siglo X se puso de moda entre las clases más ricas el enterrarse en lugares distantes a donde habían muerto, pero el transporte del cuerpo era muy difícil. ¿Solución? Enterrar el corazón allí donde no podía llegar el cuerpo.
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