Que Sor Úrsula se aparece allí es una verdad incuestionable», asevera un investigador en fenómenos paranormales
El Hospital de las Cinco Llagas, sede del Parlamento andaluz |
Tanto trajín de votaciones en el Parlamento de Andalucía debe traer de cabeza no sólo a Susana Díaz, que aún no ha logrado la confianza de la Cámara para su investidura, sino también a Sor Úrsula, una monja que desde el siglo XVII recorre los pasillos y las estancias de este antiguo Hospital de las Cinco Llagas también conocido como Hospital de la Sangre.
Así al menos han asegurado vigilantes de seguridad, personal administrativo, policías e incluso algunos políticos que dicen haber sentido la presencia de la monja fantasma. Su última aparición «fue hace un par de semanas a un empleado de seguridad del edificio, en la parte de la biblioteca del edificio», afirma José Manuel García Bautista (Sevilla, 1972), autor de la «Guía Misteriosa de Andalucía» (Ed.Mono Azul) o la «Guía Secreta de Sevilla».
«La vio perfectamente cuando se alejaba del lugar con sus hábitos, una visión imposible pues allí no hay monjas en la actualidad», añade García Bautista, a quien dos parlamentarias le contaron también su experiencia en 2013, fuera de micrófono.
Sor Úrsula fue, al parecer, una religiosa de la orden de las Hermanas de la Caridad que atendía a los enfermos del Hospital de las Cinco Llagas. «Si bien es cierto que a lo largo de los siglos hay al menos cinco Sor Úrsula más, una de ellas que vivió en el siglo XVII en Sevilla parece ser la causante de las apariciones», según García Bautista. Una monja que tenía fama de estricta, fría e insensible en el trato con los pacientes de este famoso hospital sevillano.
Así al menos han asegurado vigilantes de seguridad, personal administrativo, policías e incluso algunos políticos que dicen haber sentido la presencia de la monja fantasma. Su última aparición «fue hace un par de semanas a un empleado de seguridad del edificio, en la parte de la biblioteca del edificio», afirma José Manuel García Bautista (Sevilla, 1972), autor de la «Guía Misteriosa de Andalucía» (Ed.Mono Azul) o la «Guía Secreta de Sevilla».
«La vio perfectamente cuando se alejaba del lugar con sus hábitos, una visión imposible pues allí no hay monjas en la actualidad», añade García Bautista, a quien dos parlamentarias le contaron también su experiencia en 2013, fuera de micrófono.
Sor Úrsula fue, al parecer, una religiosa de la orden de las Hermanas de la Caridad que atendía a los enfermos del Hospital de las Cinco Llagas. «Si bien es cierto que a lo largo de los siglos hay al menos cinco Sor Úrsula más, una de ellas que vivió en el siglo XVII en Sevilla parece ser la causante de las apariciones», según García Bautista. Una monja que tenía fama de estricta, fría e insensible en el trato con los pacientes de este famoso hospital sevillano.
Construido en 1546 por voluntad de Fadrique Enríquez de Ribera para albergar la fundación de caridad que creó su madre Catalina de Ribera, el Hospital de las Cinco Llagas contaba con capacidad para unas 3.000 camas y estaba dotado de condiciones higiénicas excepcionales en su momento, como cloacas o abastecimiento de agua por medio de un acueducto. «Realizó una gran labor asistencial, especialmente en épocas de inundaciones o epidemias», según destaca la web del Parlamento de Andalucía.
Víctima de una de estas graves epidemias de peste falleció sor Úrsula en 1639 y comenzó su leyenda. Decían que el espectro de una monja se acercaba a los enfermos con un manojo de llaves que tintineaba y les arreglaba las sábanas de la cama. Los que recibían la visita fantasmal morían al poco tiempo. Si no era bien recibida en vida por los enfermos, menos aún después de muerta.
El hospital cerró en febrero de 1972 por su pésimo estado de conservación y fue convertido en sede del Parlamento de Andalucía desde 1992. Sor Úrsula, sin embargo, se resiste a abandonar el edificio de sus desvelos y aún ronda sus pasillos, según José Manuel García Bautista. «Hay políticos que han hablado en privado de ello, unos de más peso dentro de la política andaluza y otros con menos pero todos cuentan una historia, una anécdota, un susto y hasta un encuentro», afirma el investigador en fenómenos paranormales.
Los testigos describen su experiencia como una presencia «física, como yo te pudiera ver a ti, que no interactúa con las personas, simplemente pasea por determinados lugares». «Al fantasma parece darle igual que haya como que no haya personas. No tiene la misión de asustar a nadie», relata García Bautista. Simplemente «se ve» y en esos momentos se suceden fenómenos como que «baja la temperatura» o «hay anomalías eléctricas».
«Que se aparece allí es una verdad incuestionable», aseverael investigador.
García Bautista cree que al fallecer Sor Úrsula en el mismo lugar contagiada por la peste negra que asoló a Sevilla en su época, «la reminiscencia de su presencia allí, emocional o sentimental, ha quedado en el Hospital de las Cinco Llagas por un extraño mecanismo que no logramos entender y hoy se manifiesta tal vez reclamando o lanzando un último mensaje que nos toca descifrar y resolver».
«Es sólo una hipótesis», añade, «que puede ser ser válida o estar equivocada, es difícil saberlo».
Víctima de una de estas graves epidemias de peste falleció sor Úrsula en 1639 y comenzó su leyenda. Decían que el espectro de una monja se acercaba a los enfermos con un manojo de llaves que tintineaba y les arreglaba las sábanas de la cama. Los que recibían la visita fantasmal morían al poco tiempo. Si no era bien recibida en vida por los enfermos, menos aún después de muerta.
El hospital cerró en febrero de 1972 por su pésimo estado de conservación y fue convertido en sede del Parlamento de Andalucía desde 1992. Sor Úrsula, sin embargo, se resiste a abandonar el edificio de sus desvelos y aún ronda sus pasillos, según José Manuel García Bautista. «Hay políticos que han hablado en privado de ello, unos de más peso dentro de la política andaluza y otros con menos pero todos cuentan una historia, una anécdota, un susto y hasta un encuentro», afirma el investigador en fenómenos paranormales.
Los testigos describen su experiencia como una presencia «física, como yo te pudiera ver a ti, que no interactúa con las personas, simplemente pasea por determinados lugares». «Al fantasma parece darle igual que haya como que no haya personas. No tiene la misión de asustar a nadie», relata García Bautista. Simplemente «se ve» y en esos momentos se suceden fenómenos como que «baja la temperatura» o «hay anomalías eléctricas».
«Que se aparece allí es una verdad incuestionable», aseverael investigador.
García Bautista cree que al fallecer Sor Úrsula en el mismo lugar contagiada por la peste negra que asoló a Sevilla en su época, «la reminiscencia de su presencia allí, emocional o sentimental, ha quedado en el Hospital de las Cinco Llagas por un extraño mecanismo que no logramos entender y hoy se manifiesta tal vez reclamando o lanzando un último mensaje que nos toca descifrar y resolver».
«Es sólo una hipótesis», añade, «que puede ser ser válida o estar equivocada, es difícil saberlo».
Hospitales reformados
La leyenda del Hospital de las Cinco Llagas guarda muchas similitudes con la del Museo Reina Sofía, que antes de albergar su colección de arte moderno y contemporáneo fue Hospital de Benefactores u Hospital General de San Carlos, hospital de sangre durante la Guerra Civil y depósito de cadáveres. Funcionarios y vigilantes han afirmado que en el edificio se producen sucesos extraños y aluden a insistentes procesiones de frailes y monjas rezando el rosario por los pasillos vacíos.
«Estas apariciones en edificios alterados por reformas y modernizaciones funcionales parecen manifestar un cierto desasosiego histórico», apunta el antropólogo del CSIC Luis Díaz Viana en su obra «Leyendas populares de España». Fantasmas que se resisten a las imposiciones de la modernidad.
abc.es
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