La fluorescencia de la Tierra en espectro rojo desde órbita NASA
Desde que Julio Verne presentó su visión fantástica de un 'Viaje al centro de la tierra' los habitantes del planeta supieron con mayor o menor exactitud las dimensiones de su núcleo, la densidad y de qué sustancias puede consistir. Lo que no imaginó el escritor y solo acaban de medir los físicos era la diferencia entre el curso del tiempo en el centro y en la superficie.
La teoría de la relatividad de Albert Einstein nos dio a conocer que el tiempo transcurre a diferentes ritmos en regiones con diferente potencial gravitatorio y solo hacía falta aplicar esta ley a dos regiones diferentes de nuestro planeta. Aún en los años 1960 un científico estadounidense, el premio Nobel Richard Feynman, supuso en una conferencia que el núcleo puede ser considerado un día o dos más joven que la superficie y no por haberse formado más tarde que la corteza, sino por un efecto de la dilatación gravitacional del tiempo.
Esta es la cifra exacta: el centro de la Tierra es 1,58 años más joven que su superficie. Ulrik Uggerhoj, Rune Mikkelsen y Jan Faye obtuvieron el dato al medir el trabajo que la fuerza gravitatoria debe realizar para desplazar a velocidad constante un cuerpo entre el núcleo y la superficie. El objetivo, dicen, fue demostrar la relatividad del 'envejecimiento' de un objeto debido a diferencias en el potencial gravitatorio.Tres físicos daneses realizaron los cálculos necesarios y revelaron que —por unerror de Feynman o del que compuso sus conferencias— salió al público un orden de números incorrecto. En un artículo publicado en la tercera edición de este año del 'European Journal of Physics' (volumen 37), el colectivo sostiene que no se trata de uno o dos días, sino más bien de 'uno o dos' años.
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