Investigadores de la Universidad de Gotemburgo descubrieron rastros de dos enormes impactos de meteorito en la provincia sueca de Jämtland. Se trata de una doble colisión producida hace 458 millones de años.
Los científicos encontraron dos cráteres en Jämtland. Ambos impactos se produjeron al mismo momento hace 458 millones de años, informa la Universidad de Gotemburgo.
El primero de ellos, con un diámetro de 7,5 kilómetros, ha sido localizado 20 kilómetros al sur de Östersund. El otro se encuentra a 16 kilómetros de allí, y tiene un diámetro de 700 metros. Este es el primer doble impacto en la Tierra que ha sido demostrado de manera concluyente.
"Hace unos 470 millones de años, dos grandes asteroides chocaron en el cinturón de asteroides entre Marte y Júpiter, y muchos fragmentos fueron arrojados fuera en nuevas órbitas. Muchos de ellos se estrellaron en la Tierra, como los dos de Jämtland", sostuvo Erik Sturkell, profesor de Geofísica de la Universidad de Gotemburgo.
El territorio de Jämtland estaba bajo el mar en aquel momento, a una profundidad de 500 metros. El agua se retiró tras el impacto, y por un segundo aquellos enormes cráteres se secaron por completo. El agua volvió rápidamente, trayendo consigo fragmentos de los meteoritos mezclados con material expulsado por la explosión y "por la gigantesca ola que arrancó esa parte del lecho marino", concluyó Erik Sturkell.
El primero de ellos, con un diámetro de 7,5 kilómetros, ha sido localizado 20 kilómetros al sur de Östersund. El otro se encuentra a 16 kilómetros de allí, y tiene un diámetro de 700 metros. Este es el primer doble impacto en la Tierra que ha sido demostrado de manera concluyente.
"Hace unos 470 millones de años, dos grandes asteroides chocaron en el cinturón de asteroides entre Marte y Júpiter, y muchos fragmentos fueron arrojados fuera en nuevas órbitas. Muchos de ellos se estrellaron en la Tierra, como los dos de Jämtland", sostuvo Erik Sturkell, profesor de Geofísica de la Universidad de Gotemburgo.
El territorio de Jämtland estaba bajo el mar en aquel momento, a una profundidad de 500 metros. El agua se retiró tras el impacto, y por un segundo aquellos enormes cráteres se secaron por completo. El agua volvió rápidamente, trayendo consigo fragmentos de los meteoritos mezclados con material expulsado por la explosión y "por la gigantesca ola que arrancó esa parte del lecho marino", concluyó Erik Sturkell.
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