- La mosca Ormia ochracea se alimenta de grillos, que ubica por su criqueteo
- El aparato puede localizar objetos o movimientos por los sonidos que emiten
- El dispositivo es extremedamente sensible y tiene aplicaciones médicas
Un equipo de investigadores de la Universidad de Texas (Austin, Estados Unidos) ha desarollado un aparato auditivo extremadamente sensible que copia el mecanismo de audición de una mosca parasitaria, oriunda de América Central.
La mosca Ormia ochracea posee un fuerte sentido de la audición direccional. Este insecto, parasitario de grillos, es capaz de localizar con gran precisión a sus presas por el canto que emiten. El impresionante mecanismo auditivo les permite ubicar a los grillos cuando hacen su criqueteo.
Lo curioso de este insecto es su método predatorio: una vez que la mosca localiza al grillo macho por su canto, se posa en su lomo y deposita en él sus larvas. Después, deja que las crías devoren al animal desde sus entrañas.
Un aparato muy pequeño y que funciona con poca energía
El dispositivo, inspirado en la capacidad auditiva de esta mosca centroamericana, mide dos milímetros de ancho y usa materiales piezoeléctricos. El uso de estos materiales -que convierten la tensión mecánica en señales eléctricas- permite que el artefacto funcione con muy poca energía.
La investigación, publicada en la revista Applied Physics Letters, indica que la minimización del consumo de energía es siempre importante y es un paso hacia la comercialización de estas tecnologías, porque se utilizan en los aparatos que utilizan las personas con deficiencias de audición.
La mosca Ormia ochracea posee un fuerte sentido de la audición direccional. Este insecto, parasitario de grillos, es capaz de localizar con gran precisión a sus presas por el canto que emiten. El impresionante mecanismo auditivo les permite ubicar a los grillos cuando hacen su criqueteo.
Lo curioso de este insecto es su método predatorio: una vez que la mosca localiza al grillo macho por su canto, se posa en su lomo y deposita en él sus larvas. Después, deja que las crías devoren al animal desde sus entrañas.
Un aparato muy pequeño y que funciona con poca energía
El dispositivo, inspirado en la capacidad auditiva de esta mosca centroamericana, mide dos milímetros de ancho y usa materiales piezoeléctricos. El uso de estos materiales -que convierten la tensión mecánica en señales eléctricas- permite que el artefacto funcione con muy poca energía.
La investigación, publicada en la revista Applied Physics Letters, indica que la minimización del consumo de energía es siempre importante y es un paso hacia la comercialización de estas tecnologías, porque se utilizan en los aparatos que utilizan las personas con deficiencias de audición.
Localizar objetos o movimientos por su sonido
Entre otras posibles aplicaciones, sus desarrolladores, Michael Kuntzman y Neal Hall, resaltan también que hay muchas situaciones -en la oscuridad o cuando no hay señales visibles- en las que la localización de objetos y movimientos por el sonido puede ser crucial.
Las posibles aplicaciones militares explican la financiación que la Agencia de Defensa para Proyectos de Investigación Avanzada (DARPA) ha dado a este estudio.
La mosca Ormia ochracea, una excepción entre los insectos
Los científicos explicaron que los mamíferos, y entre ellos los seres humanos, tienen una capacidad avanzada para detectar y localizar las fuentes de sonido debido a la distancia, de pocos centímetros, de los oídos en el cráneo. Debido a la velocidad limitada del sonido, las ondas afectan por separado a cada oído. El cerebro es capaz de procesar esa diferencia y detectar de dónde proceden.
En cambio, los insectos generalmente no tienen esta capacidad, porque sus cuerpos y cabezas son tan pequeños que el sonido llega a ambos oídos simultáneamente. Muchos insectos sí pueden detectar con gran sensibilidad las vibraciones sonoras, pero utilizan su visión o sensores químicos para orientarse.
La mosca Ormia ochracea es la excepción. Aunque sus oídos tienen una separación de menos de dos milímetros y la diferencia de llegada del sonido es de cuatro millonésimas de segundo, puede ubicar la dirección del canto del grillo.
Durante estas cuatro millonésimas de segundo que el sonido toma para ir de un oído a otro, esta mosca dispone de un mecanismo fisiológico que aprovecha al máximo esta mínima diferencia y detecta el leve cambio que se produce en la fase de sonido.
El oído de la mosca tiene una estructura parecida a un sube y baja, de 1,5 milímetros de longitud, que vibra de manera que cada extremo opuesto tiene una diferencia de fase de 180 grados. Esto amplifica la demora de cuatro millonésimas de segundo y permite que la mosca ubique con notable precisión al grillo que será su próxima víctima.
Fuente: rtve
En cambio, los insectos generalmente no tienen esta capacidad, porque sus cuerpos y cabezas son tan pequeños que el sonido llega a ambos oídos simultáneamente. Muchos insectos sí pueden detectar con gran sensibilidad las vibraciones sonoras, pero utilizan su visión o sensores químicos para orientarse.
La mosca Ormia ochracea es la excepción. Aunque sus oídos tienen una separación de menos de dos milímetros y la diferencia de llegada del sonido es de cuatro millonésimas de segundo, puede ubicar la dirección del canto del grillo.
Durante estas cuatro millonésimas de segundo que el sonido toma para ir de un oído a otro, esta mosca dispone de un mecanismo fisiológico que aprovecha al máximo esta mínima diferencia y detecta el leve cambio que se produce en la fase de sonido.
El oído de la mosca tiene una estructura parecida a un sube y baja, de 1,5 milímetros de longitud, que vibra de manera que cada extremo opuesto tiene una diferencia de fase de 180 grados. Esto amplifica la demora de cuatro millonésimas de segundo y permite que la mosca ubique con notable precisión al grillo que será su próxima víctima.
Fuente: rtve
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