Científicos han descubierto que las corrientes cálidas del Atlántico detectadas en las profundidades del océano Ártico contribuyen en gran medida al derretimiento de sus hielos marinos, informa la revista 'Science'.
En el marco del estudio se han utilizado datos de satélite, recopilados entre 2013 y 2015, y de sistemas de monitoreo de boyas instalados en el Ártico. Los cambios han sido detectados en la parte oriental de la cuenca euroasiática del Ártico, al norte de Siberia, donde a lo largo de la última década se ha observado una inusual desaparición de hielo.
Las corrientes del Atlántico circulaban a unos 150 metros de profundidad y no se entremezclaban con las capas superficiales debido a la presencia de la capa de haloclina, que sirve de barrera natural y divide el agua salada del agua dulce que se encuentra en la superficie.
Sin embargo, nuevos datos indican que esta capa desapareció en invierno y, como consecuencia, se produce la mezcla vertical de las aguas. Asimismo, la zona oriental de la cuenca euroasiática se parece cada vez más a la zona occidental, para la que esta tendencia es típica y donde hay poco hielo marino. Los científicos han denominado "atlantificación" a este proceso del Ártico.
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