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Según científicos, los hechizos de amor funcionan

Un experto en 'etnopsiquiatría' cree que hay poderes mágicos para unir y desunir parejas. ¿Tendrá asidero científico la milenaria creencia?
Tobie Nathan es un psiquiatra francés que cree que la magia, los amuletos o los espíritus pueden comenzar, modificar o poner fin a las relaciones amorosas. Para el profesional, la pasión de amor que siente cada persona es producto de las acciones del otro. Sean cuales sean.

El francés publicó un libro titulado "Embrujos de amor" en donde explica por qué cree que oraciones, pócimas, perfumes, talismanes, ritos, alimentos, etc pueden intervenir en el curso del amor. Como era de esperar, el libro de Nathan causó polémica en todo el mundo. Nathan es el referente más conocido de la "etnopsiquiatría", método a través del cual se analiza al paciente y su enfermedad contextualizándolo. Además no tiene prejuicios para usar rituales en el proceso de curación.

En una entrevista con la revista Viva, Nathan explicó que "Lo que buscan las magias amorosas no es un amor razonable y estable, sino pasión amorosa. Los antiguos griegos tenían dos palabras: filia, el amor durable, que también puede traducirse como amistad, y eros, la pasión, el deseo en su forma pulsional, la locura amorosa. Evidentemente, la magia amorosa busca producir eros. Mientras el amor razonable, el que reúne a dos personas en el seno de una pareja en un proyecto familiar, puede ser resultado de una reflexión y revelarse fundado en la razón, la pasión amorosa se manifiesta como la ocupación de uno mismo por otro".

Además agregó "La pasión producida por una magia a veces puede evolucionar hacia el amor durable. Eros se transforma en filia. Pero eso no implica que su desencadenamiento necesite menos de la acción de un tercero. Las pasiones deben ser eficaces, porque la casi totalidad de las culturas tradicionales así lo piensan. 

Y no quiero hablar sólo de la antigüedad donde, como lo demuestro ampliamente en mi libro, esta teoría era omnipresente entre los asirios, los egipcios, los griegos, los romanos, en el Occidente medieval (Tristán e Isolda), en la filosofía árabe (Leyla y Majnun). Esta convicción de que la magia amorosa es eficaz también ocupa un vasto lugar en el pensamiento tradicional indio y chino, sin hablar de las culturas africanas, donde se la considera una de las principales técnicas de brujería".

"Es recién con el pensamiento mayoritario del Occidente industrializado que esta idea desapareció para dejar sitio a la de un deseo que nace ‘al azar de un encuentro. Modernos que ignoran, por ejemplo, las técnicas de marketing, en las cuales reconocemos la posibilidad de influir a distancia en el deseo del consumidor. 

Es por eso que no presto atención a los pensamientos ordinarios que me devuelven las letanías de la prensa del corazón y la vulgaridad de un psicoanálisis infantilizante. En mi libro considero que la pasión amorosa que experimenta una persona es resultado de las prácticas de otra persona", criticó.

Entre las cosas más polémicas, está el hecho de que el propio libro finaliza con una serie de consejos destinados a quien quiera hacer que alguien se enamore. 

Por ejemplo, avanzar con una máscara, no exponer el deseo, acudir a un tercero,elegir lugares y los momentos de fragilidad, cuando la persona se saca su envoltura, como en los momentos de tristeza, y entonces no dude en invocar a viva voz el nombre de la persona cuyo amor usted pretende.

Además aconseja que si una persona padece una ligazón con otra y considera, además, que ese vínculo es resultado de un hechizo, de un embrujo o de una magia de amor, sólo tiene que acudir a alguien que sepa deshacer lo que se ha hecho. En los países de América del Sur a menudo se trata de un chamán o de un curandero, a veces de un pastor. Algunos psicólogos que respetan las culturas tradicionales también saben actuar sobre esos fenómenos.

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