Su antigüedad se ha establecido en unos 8.000 años, mucho antes de que Stonehenge fuera siquiera una idea borrosa, y cuando las islas Británicas todavía estaban conectadas al continente y los humanos vivían en el espacio que hoy es el Canal de la Mancha. Todo ese territorio empezó a inundarse al finalizar la última glaciación, y las poblaciones tuvieron que ir retirandose poco a poco.
Por ello la mayor parte de los conocimientos que tenemos de aquella época proceden de yacimientos arqueológicos que hoy están en tierra firme. Pero para comprender como las poblaciones humanas llegaron a estos sitios, y como realizaron la transición de sociedades cazadoras a recolectoras y agrícolas, es necesario estudiar yacimientos que hoy están bajo las aguas, como el de Bouldnor Cliff.
Langosta bajo un antiguo roble en Bouldnor Cliff
Bouldnor Cliff fue descubierto por buzos de la Fundación Hampshire y Wight para la Arqueología Submarina en 1999, de una manera singular. Estaban investigando lo que creían que eran los restos de un antiguo bosque cuando se fijaron en una langosta que sacaba trozos de piedra de su madriguera. Cuando examinaron esos trozos de cerca, resultó que eran herramientas de silex prehistóricas. Así fue como se dieron cuenta de que allí, a unos 11 metros de profundidad, habían hallado los restos de un pueblo prehistórico de miles de años de antigüedad.
No solo eso, durante las excavaciones que se vienen realizando desde entonces periodicamente, encontraron que los pobladores de aquel lugar debían tener una tecnología bastante avanzada para la época. Hallaron evidencias de que construían herramientas, canoas y barcos, casas y chozas de madera, e incluso de que el trigo de Oriente Medio llegó a Gran Bretaña 2.000 años antes de lo que se pensaba hasta entonces. Esto se pudo determinar el año pasado, gracias a análisis de ADN del trigo.
Bouldnor Cliff fue descubierto por buzos de la Fundación Hampshire y Wight para la Arqueología Submarina en 1999, de una manera singular. Estaban investigando lo que creían que eran los restos de un antiguo bosque cuando se fijaron en una langosta que sacaba trozos de piedra de su madriguera. Cuando examinaron esos trozos de cerca, resultó que eran herramientas de silex prehistóricas. Así fue como se dieron cuenta de que allí, a unos 11 metros de profundidad, habían hallado los restos de un pueblo prehistórico de miles de años de antigüedad.
No solo eso, durante las excavaciones que se vienen realizando desde entonces periodicamente, encontraron que los pobladores de aquel lugar debían tener una tecnología bastante avanzada para la época. Hallaron evidencias de que construían herramientas, canoas y barcos, casas y chozas de madera, e incluso de que el trigo de Oriente Medio llegó a Gran Bretaña 2.000 años antes de lo que se pensaba hasta entonces. Esto se pudo determinar el año pasado, gracias a análisis de ADN del trigo.
Herramientas halladas en Bouldnor Cliff
Se hallaron grandes cantidades de piedras quemadas y pozos excavados en el suelo. La gran cantidad de madera trabajada hallada hace que el yacimiento tenga una alta importancia a nivel internacional, ya que la madera de esa época no se suele conservar bien en ambientes terrestres. Algunas de estas maderas trabajadas indican, como decíamos, que quienes las produjeron tenían habilidades tecnológicas anteriormente solo asociadas con la época neolítica, 2.000 años más tarde.
Hoy en día Bouldnor Cliff es todavía el único asentamiento mesolítico sumergido descubierto. Poco a poco las mareas y la acción del hombre están erosionando el lugar. Por eso el mismo equipo de arqueólogos submarinos que lo descubrió hace 17 años volverá este verano a intentar recuperar todo lo que puedan.
Se hallaron grandes cantidades de piedras quemadas y pozos excavados en el suelo. La gran cantidad de madera trabajada hallada hace que el yacimiento tenga una alta importancia a nivel internacional, ya que la madera de esa época no se suele conservar bien en ambientes terrestres. Algunas de estas maderas trabajadas indican, como decíamos, que quienes las produjeron tenían habilidades tecnológicas anteriormente solo asociadas con la época neolítica, 2.000 años más tarde.
Hoy en día Bouldnor Cliff es todavía el único asentamiento mesolítico sumergido descubierto. Poco a poco las mareas y la acción del hombre están erosionando el lugar. Por eso el mismo equipo de arqueólogos submarinos que lo descubrió hace 17 años volverá este verano a intentar recuperar todo lo que puedan.
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