En el Serengueti, el león es el mayor depredador, después del ser humano. Comparte su hábitat con otros predadores de menor tamaño, como guepardos y licaones.
Desde 1990 se ha venido considerando a los leones como una seria una amenaza para la pervivencia de guepardos y licaones, sin embargo, recientes estudios hacen reconsiderar tales asertos, de modo que podrían alterar las políticas de gestión y conservación de dichos carnívoros.
La principal amenaza para la vida de los guepardos son los leones, que atacan y matan a un 57 por cien de los cachorros de guepardo. Rara vez consumen los cadáveres. Las madres guepardo a veces se comen sus cachorros muertos, un comportamiento compartido por una amplia variedad de felinos (se especula que como un modo de recuperar fuerzas y nutrientes para criar la siguiente camada y asegurarle mejores expectativas).
Los leones parecen ser igualmente determinantes en la disminución de los licaones, observándose un descenso en su población a medida que la población de leones florecía gracias a la abundancia de ñues. De los 50 licaones reportados en el parque Serengueti, solo pequeñas poblaciones testimoniales sobrevivían en los límites del parque en 1992. Se estima que los leones mataron hasta un 32 por ciento de los cánidos.
En otras reservas cercanas, los científicos observaron que este patrón se repetía, es decir, el aumento de la población de leones, iba en detrimento de las de predadores de menor tamaño.
Un estudio del año 2011 sugería que los leones podían estar empujando a guepardos y licaones a la extinción, y se llegó a plantear el control de la población de leones y la restricción de su número.
Tras la controversia suscitada por este trabajo, se decidió testar si realmente los hechos respaldaban tales medidas.
Alexandra Swanson, de la Universidad de Minessota, lideró el nuevo estudio, basándose en los datos de tres diferentes proyectos a largo plazo. Los resultados fueron claros: los leones no tuvieron impacto en las poblaciones de guepardos, a pesar del importante número de cachorros muertos por los grandes felinos.
Sin embargo, para los licaones (además de sufrir epidemias de moquillo y rabia) los leones supusieron el declive de sus poblaciones hasta la práctica desaparición.
Los perros sobrevivían tan solo en los bordes del parque. ¿Por qué estas diferencias?.
Los guepardos son silenciosos y esquivos, se mantienen siempre a distancia de los leones, y estos solo alcanzan a matar a los cachorros, pérdidas que parecen ser asumibles para la población de guapardos, que se mantiene estable.
Los licaones, por otro lado, se organizan en ruidosos grupos. Los leones matan tanto a cachorros como a individuos adultos. Otra diferencia con los guepardos es que estos son solitarios, mientras que los licaones son ampliamente gregarios, con lo que la muerte de algunos individuos afecta sus estructuras sociales y tiene mayor impacto.
El ecólogo John Fryxel, de la universidad de Guelph, describe la interacción de guepardos y leones como un "ballet carnívoro", donde los guepardos evitan a los leones mientras conviven con ellos, compartiendo zonas de cría y fuentes de alimento. Lo licaones, sin embargo, carecen de estos recursos y pierden la batalla contra los grandes carnívoros.
Aun así, para Fryxel la solución no pasa en ningún caso por la eliminación de los leones, sino por el establecimiento de reservas mayores, la reducción de la pérdida de hábitats y la educación de los ganaderos para evitar la matanza de predadores grandes o pequeños.
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