Propuesta en los años 60 por el radioastrónomo Frank Drake, esta fórmula matemática fue la primera aceptada por la comunidad científica para calcular las probabilidades de vida inteligente fuera de la Tierra
La Ecuación de Drake es una fórmula matemática unida para siempre a la búsqueda de civilizaciones extraterrestres. Convertida en todo un clásico, fue propuesta por el radioastrónomo Frank Drake en 1961 para estimar la cantidad de civilizaciones en nuestra galaxia que podrían emitir señales de radio. Fue aceptada por la comunidad científica como la primera aproximación teórica a la búsqueda de otros seres inteligentes fuera de la Tierra.
El resultado de esta ecuación depende de varios factores, como la formación de estrellas adecuadas en una galaxia, el número de éstas que tienen planetas en su órbita y la fracción de esos planetas donde la vida inteligente puede haber desarrollado una tecnología e intenta comunicarse con otras civilizaciones.
La ecuación es la siguiente:
en la que N es el número de civilizaciones tecnológicamente avanzadas; R, el número total de estrellas en la vía láctea; fp, la fracción de esas estrellas que tienen sistemas planetarios; ne, el número de planetas apropiados para la vida por cada sistema planetario; fl, la fracción de esos planetas donde se desarrolla vida; fi, la fracción de esos planetas donde se desarrolla la inteligencia; fc, la fracción de esos planetas capaces de comunicarse mediante señales de radio y L, la fracción de tiempo de vida del planeta durante la cual vive la civilización.
Otros investigadores y aficionados a la Ciencia han intentado elaborar fórmulas parecidas para asuntos muy diferentes. Una de ellas es la del economista británico Peter Backus, que calculó con una ecuación similar sus probabilidades de conseguir novia en su país, el Reino Unido. En lugar de estrellas y planetas, sus factores son la edad de las candidatas, que fueran atractivas, que le encontraran atractivo a su vez y que estuvieran solteras. El resultado era poco alentador, casi daba la impresión de que era más fácil encontrarse con un extraterrestre que con una mujer británica que reuniera todas esas condiciones.
Drake fue uno de los pioneros del Intituto SETI (Search for Extra Terrestrial Intelligente), que lleva mas de medio siglo a la espera de una señal de otros mundos sin que por el momento haya obtenido ningún resultado. Tan pobre recuento obligó al centro a paralizar su trabajo en 2010, tarea que recuperó tres años después gracias a una campaña de donaciones. Los más esperanzados aducen que es posible que nuestros amigos del espacio utilicen otra frecuencia para comunicarse, o que estén tan lejos que aún no hayan recibido nuestras emisiones. El SETI dice que el esperado saludo puede ocurrir en dos décadas.
abc.es
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