Tiranosaurus rex, el dinosaurio más temido de la Historia
Sin embargo, y a pesar de su fama cinematográfica, no sabemos tanto de estos impresionantes animales como pudiera pensarse, o lo que incluso peor, nos ha llegado una imagen distorsionada y equivocada de ellos. Empezando por su etapa histórica, que se sitúa en el Cretácico y no en el Jurásico como muchos podrían pensar después de ver la saga de Spielberg.
Muchas de estas confusiones y lagunas de conocimiento se basan en la escasez de huesos. Apenas tenemos treinta ejemplares fósiles, la mayoría incompletos, y de ellos tan solo se conservan tres cráneos completos. Ante esta escasez de restos con la que poder trabajar, los paleontólogos deben echar mano de otras técnicas para poder llegar a conocerlos con más profundidad.
Por ejemplo, uno de los debates más enconados que se han mantenido durante estas últimas décadas entre los especialistas consistía en saber si el tiranosauro fue un carnívoro carroñero. Entre otras muchas cosas, esto significaría que eran capaces de destrozar los huesos de sus presas, algo que hasta hace poco no estaba tan claro.
Sabemos que las mandíbulas del Tyrannosaurus rex son las más poderosas que han existido en la Historia. En la actualidad, el animal con mayor fuerza de mordida es el cocodrilo, los de agua salada y especialmente el cocodrilo del Nilo. Pues bien, el Rey de los dinosaurios los supera a todos con una fuerza que llegaba a alcanzar los 3.600 kilos, más del doble que la de cualquier mandíbula de cocodrilo actual.
Aún así, los afilados dientes del tiranosaurio no parecen los más indicados para triturar huesos, algo que sí pueden hacer otros mamíferos como los lobos o las hienas ya que, aunque su fuerza es mucho menor, la disposición de sus dientes es más adecuada para romper y destrozar los huesos de sus presas. De hecho, los cocodrilos y caimanes actuales no trituran los huesos sino que los engullen completos puesto que su dentadura, compuesta de piezas puntiagudas y afiladas, no posee molares especialmente indicados para estas tareas.
Músculos en las mandíbulas del Tiranosaurius rex | imagen Florida State University
En la nota de prensa publicada por la Florida State University, uno de los investigadores responsables del estudio, el profesor Gregory M. Erickson, explicaba que “tener mucha fuerza para morder no significa necesariamente que puedas triturar o pulverizar huesos. Es como creer que un motor de 600 caballos garantiza siempre una gran velocidad. En un coche como los Ferrari sí, pero en un gran camión con remolque no”.
No obstante, en el caso de los tiranosaurios la inmensa fuerza de su mandíbula podría suplir esos inconvenientes de sus dientes y, según un estudio publicado en Nature esta misma semana, sí eran capaces de partir y triturar los huesos de sus víctimas.
Aunque poseían largos y afilados dientes poco adecuados para la tarea, su mandíbula era capaz de aplicar más de 30 toneladas por centímetro cuadrado, una presión que resultaría suficiente y eficaz para destrozar los huesos de sus presas, realizando varias dentelladas rápidas y sucesivas.
Esto significa que el tiranosaurio sí podía fragmentar y triturar los huesos de sus presas, y de esta manera acceder a la médula, un suplemento alimenticio rico en nutrientes al que otros dinosaurios menos poderosos no podían llegar.
Referencias científicas y más información:
Paul M. Gignac, Gregory M. Erickson “The Biomechanics Behind Extreme Osteophagy in Tyrannosaurus rex” Nature Scientific Reports 7 (2017) doi:10.1038/s41598-017-02161-w
Kathleen Haughney “The secrets behind T-rex’s bone crushing bites: Researchers find T-rex could crush 8,000 pounds” Florida State University
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