Lo que sí sabemos sobre el santo sudario
El santo sudario, conocido también como 'sudario de Turín', o 'sábana santa', es una tela de lino que mide 436 cm × 113 cm. Se encuentra en la capilla real de la Catedral de San Juan Bautista, en la ciudad de Turín (Italia), y es propiedad de la Iglesia Católica desde 1983.
Muestra la imagen de un hombre que presenta marcas y heridas similares a las causadas por una crucifixión, lo que hace creer a muchos que la tela de lino perteneció a Jesús.
La imagen se aprecia más claramente en negativo que en el color original, y no fue identificada hasta 1898, cuando se observó en un negativo de una fotografía tomada por el fotógrafo aficionado italiano Secondo Pia durante su exhibición en la catedral de Turín.
Durante muchos años se ha debatido sobre la autenticidad de este lienzo. Unos afirman que es el mismo sudario que cubrió a Jesús de Nazaret en el sepulcro y que durante su resurrección su efigie quedó grabada en negativo en las fibras, mientras que otros argumentan que el sudario es un fraude o falsificación de la época medieval.
La máxima discusión tuvo lugar en 1988, cuando tres laboratorios distintos autorizados por el Vaticano sometieron al sudario a pruebas de carbono 14 a fin de determinar su antigüedad, y concluyeron que fue tejido en la Edad Media.
Para algunos, esta fecha ha zanjado para siempre el asunto, demostrando que el sudario es una falsificación del siglo XIV. Por otra parte, los detractores del carbono 14 argumentan que la datación por este sistema es errónea, ya que la tela está muy contaminada y no sabemos hasta qué punto la formación de la imagen, o los tres incendios por los que pasó el lino, pudieron afectar a su composición química.
Sea como fuere, se trata de un objeto sumamente desconcertante, ya que no está claro cómo apareció en la tela la imagen de un rostro ensangrentado.
Teorías al respecto no faltan. Algunos creen que la imagen se debe a procesos naturales; otros apuntan al ingenio de los falsificadores medievales de reliquias; y hay quienes defienden que se produjo debido a procesos físicos asociados con la resurrección.
Muestra la imagen de un hombre que presenta marcas y heridas similares a las causadas por una crucifixión, lo que hace creer a muchos que la tela de lino perteneció a Jesús.
La imagen se aprecia más claramente en negativo que en el color original, y no fue identificada hasta 1898, cuando se observó en un negativo de una fotografía tomada por el fotógrafo aficionado italiano Secondo Pia durante su exhibición en la catedral de Turín.
Durante muchos años se ha debatido sobre la autenticidad de este lienzo. Unos afirman que es el mismo sudario que cubrió a Jesús de Nazaret en el sepulcro y que durante su resurrección su efigie quedó grabada en negativo en las fibras, mientras que otros argumentan que el sudario es un fraude o falsificación de la época medieval.
La máxima discusión tuvo lugar en 1988, cuando tres laboratorios distintos autorizados por el Vaticano sometieron al sudario a pruebas de carbono 14 a fin de determinar su antigüedad, y concluyeron que fue tejido en la Edad Media.
Para algunos, esta fecha ha zanjado para siempre el asunto, demostrando que el sudario es una falsificación del siglo XIV. Por otra parte, los detractores del carbono 14 argumentan que la datación por este sistema es errónea, ya que la tela está muy contaminada y no sabemos hasta qué punto la formación de la imagen, o los tres incendios por los que pasó el lino, pudieron afectar a su composición química.
Sea como fuere, se trata de un objeto sumamente desconcertante, ya que no está claro cómo apareció en la tela la imagen de un rostro ensangrentado.
Teorías al respecto no faltan. Algunos creen que la imagen se debe a procesos naturales; otros apuntan al ingenio de los falsificadores medievales de reliquias; y hay quienes defienden que se produjo debido a procesos físicos asociados con la resurrección.
Estudios que defienden la autenticidad del sudario
En 2011, tras cinco años de investigación, los científicos de la Agencia Nacional de Nuevas Tecnologías, Energía y Desarrollo Económico Estable de Italia, encargados por el Vaticano de investigar el tejido, llegaron a la conclusión de que la reliquia es auténtica.
En su informe, los investigadores afirmaron que "primero, el sudario se remonta al siglo I después de la Natividad de Cristo, es decir, no es medieval. Segundo, hemos comprobado la total ausencia de pigmento, o sea, es posible decir que no fue hecho por la mano del hombre. Todos los fragmentos que hemos hallado son de origen orgánico, es decir, en el caso dado nosotros hablamos de sangre".
Además, subrayaron que estas huellas son el resultado de "un fulgor de irradiación ultravioleta muy potente". En el mundo no existe aún un aparato capaz de generar irradiación de tal potencia, es "el resultado de la luminiscencia, o sea, el contorno que vemos es la luz, y hemos comprobado que no fue producida por un láser".
"En la Biblia está escrito que Jesucristo estuvo en el sudario 40 horas. La investigación puso de manifiesto que el cuerpo estuvo en el tejido exactamente 40 horas. Es posible decir que el sudario es auténtico en un 95%. Insistimos que es un porcentaje muy alto porque ninguno de los científicos ofrece un resultado categórico del 100%: han pasado 2.000 años", resumió la comisión de investigación en su informe.
En 2013, otro estudio reveló que el sudario de Turín fue tejido en la época en la que vivió Jesús.
Giulio Fanti, profesor de medición mecánica y térmica en la Universidad de Padua, y el periodista Saverio Gaeta, sometieron a la tela a una espectroscopia, que mide la intensidad de la radiación de los objetos a través de longitudes de onda, para comparar las muestras de la tela santa con las muestras de telas de 3.000 años antes de Cristo, a fin de determinar si el sudario de Turín pertenecía al medievo, como afirmaban estudios anteriores.
Los investigadores llegaron a la conclusión de que la tela de lino fue tejida entre 300 AC y 400 DC, lo que coincide con la vida de Jesús.
Estudios que lo desmienten
Sin embargo, muchos científicos reciben con escepticismo los resultados de las investigaciones como las mencionadas, y siguen creyendo que el sudario fue falsificado.
En 2008, el químico Luigi Garlaschelli, de la Universidad de Pavía (Italia), declaró que había conseguido crear una imagen en un tejido idéntica a la del sudario de Turín, utilizando para ello sustancias que eran accesibles para la gente en la época medieval.
El investigador y escritor británico Charles Freeman fue aún más lejos y afirmó, en 2014, que probablemente la tela no solo apareció en el siglo XIV, sino que su objetivo era servir de utilería en los rituales de la Semana Santa de la Edad Media.
Para llegar a esta conclusión, Freeman, autor del libro 'Holy Bones, Holy Dust: Hoy Relics Shaped the History of Medieval Europe' ('Huesos sagrados, polvo sagrado: Cómo las reliquias moldearon la historia de la Europa medieval'), había estudiado las primeras descripciones e ilustraciones del sudario, ninguna de las cuales es anterior a 1355.
Además, Freeman señaló que en 1453 el objeto fue adquirido por la Casa de Saboya, que lo convirtió en una reliquia de alto prestigio.
Finalmente, el investigador descubrió que las representaciones del sudario en los siglos XVI y XVII eran muy diferentes de la que conocemos hoy. Este hecho lo llevó a concluir que probablemente el sudario fuera creado para ser usado en los rituales en la Edad Media, y concretamente, en la ceremonia 'Quem quaeritis?', que incluía representaciones de la resurrección.
En 2009, otro hallazgo planteó serias dudas sobre la autenticidad del santo sudario.
Un equipo de arqueólogos de la Universidad Hebrea de Jerusalén y de instituciones en Canadá y Estados Unidos descubrió en una tumba de Jerusalén fragmentos de un sudario de la época de Jesús. Los científicos anunciaron que la mortaja recién descubierta era muy diferente al polémico sudario de Turín.
Además de ser lo suficientemente antiguo, el sudario hallado estaba tejido con una técnica más simple y acorde al tiempo de Jesús, mientras el sudario de Turín fue hecho con un método que habría sido desarrollado mil años después de Cristo. Otra particularidad del nuevo hallazgo era que estaba formado por capas de tejido superpuestas más un retazo para la cabeza, mientras que el sudario considerado como verdadero es un solo trozo de tela.
Según el jefe del equipo arqueológico, Shimon Gibson, el famoso sudario de Turín no se corresponde con las descripciones de las ceremonias funerales de Palestina del siglo I. "Las diferentes capas de tejido para cubrir la cabeza y el cuerpo fueron la práctica común", explicó el investigador. La capa separada para la cabeza tuvo bastante significación: "cuando se preparaban para enterrar a alguien, ponían esa capa sobre la cara del cadáver para que el hombre que no había muerto realmente y solo había perdido el sentido, al recuperarse pudiese soplar el tejido y llamar pidiendo ayuda", agregó Gibson.
Además, Freeman señaló que en 1453 el objeto fue adquirido por la Casa de Saboya, que lo convirtió en una reliquia de alto prestigio.
Finalmente, el investigador descubrió que las representaciones del sudario en los siglos XVI y XVII eran muy diferentes de la que conocemos hoy. Este hecho lo llevó a concluir que probablemente el sudario fuera creado para ser usado en los rituales en la Edad Media, y concretamente, en la ceremonia 'Quem quaeritis?', que incluía representaciones de la resurrección.
En 2009, otro hallazgo planteó serias dudas sobre la autenticidad del santo sudario.
Un equipo de arqueólogos de la Universidad Hebrea de Jerusalén y de instituciones en Canadá y Estados Unidos descubrió en una tumba de Jerusalén fragmentos de un sudario de la época de Jesús. Los científicos anunciaron que la mortaja recién descubierta era muy diferente al polémico sudario de Turín.
Además de ser lo suficientemente antiguo, el sudario hallado estaba tejido con una técnica más simple y acorde al tiempo de Jesús, mientras el sudario de Turín fue hecho con un método que habría sido desarrollado mil años después de Cristo. Otra particularidad del nuevo hallazgo era que estaba formado por capas de tejido superpuestas más un retazo para la cabeza, mientras que el sudario considerado como verdadero es un solo trozo de tela.
Según el jefe del equipo arqueológico, Shimon Gibson, el famoso sudario de Turín no se corresponde con las descripciones de las ceremonias funerales de Palestina del siglo I. "Las diferentes capas de tejido para cubrir la cabeza y el cuerpo fueron la práctica común", explicó el investigador. La capa separada para la cabeza tuvo bastante significación: "cuando se preparaban para enterrar a alguien, ponían esa capa sobre la cara del cadáver para que el hombre que no había muerto realmente y solo había perdido el sentido, al recuperarse pudiese soplar el tejido y llamar pidiendo ayuda", agregó Gibson.
¿Y por qué tiene la imagen de un hombre?
Más allá de los debates sobre la edad de la reliquia, la pregunta que no para de generar polémicas e impulsar estudios es por qué el santo sudario de Turín tiene la imagen de un hombre.
Existen diferentes explicaciones a la creación de la imagen, tanto naturales como sobrenaturales, algunas de las cuales analizamos a continuación.
Es una pintura
Esta teoría fue sugerida en 1979 por Walter McCrone, miembro del equipo STURP (Shroud of Turin Research Project: proyecto para la investigación del sudario de Turín) y uno de los mayores defensores de la teoría de que el sudario es falso, quien declaró que incluso las manchas atribuidas a la sangre, en realidad, estaban compuestas por partículas muy pequeñas de pigmento rojo de óxido de hierro o rojo ocre.
No obstante, su explicación no pudo ser corroborada por otros científicos: ni por el destacado sindonólogo Raymond Rogers, del Laboratorio Nacional de Los Álamos en Nuevo México (EE.UU.) y poseedor durante un cuarto de siglo de las 32 muestras de la Sábana Santa, ni por el experto Joe Kohlbeck de la Hercules Corp, al que Rogers solicitó colaboración.
El STURP tampoco encontró evidencia de ningún pigmento o colorantes en la tela en cantidades suficientes para apoyar esta idea.
Hay una serie de otros factores que ponen en duda la teoría de la pintura.
Así, aparte de que no fueron identificados los pigmentos utilizados, tampoco hay indicios de pinceladas en la imagen que, por cierto, es apenas visible a simple vista.
Además, los partidarios de la autenticidad del sudario argumentan que ninguna técnica conocida de pintura a mano podría utilizar un pigmento con tanto control sobre una superficie de fibras nanométricas.
En cuanto a las manchas rojas, los científicos del STURP Alan Adler y John Heller, basándose en las investigaciones de este grupo, dictaminaron con carácter definitivo que correspondían a sangre humana. Es más, en 1981, en el Congreso Nacional de Sindonología, el profesor Pierluigi Baima Bollone reveló, tras una serie de exhaustivos estudios, que se trataba del tipo de sangre AB, mucho más frecuente entre los hebreos y libaneses que en el resto del mundo.
Según concluyó el grupo STURP, la imagen es la forma real de un hombre crucificado,no el producto de un artista.
"Cualquiera que diga hoy que la imagen de la Sábana Santa es pintada merece, sin más, la misma consideración que si dijese que la Tierra es plana", señala al respecto la Enciclopedia Católica.
Es la primera fotografía
Algunos de los partidarios de que la creación de la imagen se produjo en la Edad Media consideran al sudario como la primera fotografía del mundo, e incluso hay quienes atribuyen su autoría a Leonardo da Vinci, a pesar de que este nació varios siglos después de la primera aparición documentada de la sábana, ya que -afirman- tenía todos los conocimientos necesarios para crear una primitiva cámara oscura y también para fabricar un sudario que ocuparía el lugar de la falsa reliquia de mala calidad que estaba en posesión de la familia Saboya desde 1453.
La idea es que la tela habría sido revestida con nitrato de plata, un compuesto sensible a la luz, que transforma la sal de plata en pequeñas partículas negras de metal plateado y que ya se conocía en la Edad Media, para después ser expuesta a la luz solar en una cámara oscura a través de una lente de cuarzo.
De hecho, uno de los principales partidarios de esta idea, el historiador de arte sudafricano Nicholas Allen, incluso ha creado réplicas del sudario con esta técnica.
Según explica BBC Mundo, las dudas sobre esta teoría están relacionadas con que, primero, no está claro cómo lograr que la imagen se quede en la tela cuando la plata es eliminada, y segundo, tampoco está claro cómo pudieron los falsificadores medievales reunir todo el conocimiento sofisticado necesario sin que quedara ningún rastro en documentos escritos sobre el tema.
Un proceso químico
Entre las teorías científicas que intentan explicar el origen de la imagen en el sudario, algunas indican que la clave está en algún proceso químico.
Entre los partidarios de esta idea está Raymond Rogers, quien argumentó en el 2002 que la temperatura corporal del cadáver podría haber decolorado los compuestos de carbohidratos azucarados en la superficie de las fibras de algodón.
En un artículo escrito en conjunto con Anna Arnoldi, de la Universidad de Milán, el investigador explica que los gases de los cuerpos muertos son extremadamente reactivos químicamente, por lo cual al cabo de un par de horas y en entornos como los sepulcros, el cuerpo comienza a producir aminos más fuertes en sus tejidos, lo que provocaría el color observado en la capa de hidratos de carbono.
Otro defensor de la explicación química fue el biólogo francés Paul Vignon, quien propuso en 1900 que la sustancia responsable de la reacción podría haber sido amoníaco, efecto de la descomposición de la urea en el sudor.
Estas teorías, que de hecho no descartan la relación del sudario con Jesús, parecen sólidas, pero tienen sus debilidades. En primer lugar, surgen las preguntas de por qué ambas vistas de la imagen son tan fotorrealísticas y por qué no fueron destruidas por posteriores productos de la descomposición. En segundo lugar, no hay bastantes evidencias para probar estas suposiciones.
Origen milagroso
Entre los partidarios de esta idea está Raymond Rogers, quien argumentó en el 2002 que la temperatura corporal del cadáver podría haber decolorado los compuestos de carbohidratos azucarados en la superficie de las fibras de algodón.
En un artículo escrito en conjunto con Anna Arnoldi, de la Universidad de Milán, el investigador explica que los gases de los cuerpos muertos son extremadamente reactivos químicamente, por lo cual al cabo de un par de horas y en entornos como los sepulcros, el cuerpo comienza a producir aminos más fuertes en sus tejidos, lo que provocaría el color observado en la capa de hidratos de carbono.
Otro defensor de la explicación química fue el biólogo francés Paul Vignon, quien propuso en 1900 que la sustancia responsable de la reacción podría haber sido amoníaco, efecto de la descomposición de la urea en el sudor.
Estas teorías, que de hecho no descartan la relación del sudario con Jesús, parecen sólidas, pero tienen sus debilidades. En primer lugar, surgen las preguntas de por qué ambas vistas de la imagen son tan fotorrealísticas y por qué no fueron destruidas por posteriores productos de la descomposición. En segundo lugar, no hay bastantes evidencias para probar estas suposiciones.
Origen milagroso
Varios creyentes y sindologistas vinculan la imagen directamente con la resurrección de Jesús.
Su idea se apoya en que, como este proceso incluye efectos seminaturales y desconocidos para la ciencia, la ciencia no puede descartarlos.
Además, hacen hincapié en que de momento no existe explicación científica sobre algunos datos relacionados con la imagen, por ejemplo, el hecho de que sea tan detallada o que cambie su intensidad con la distancia. También hacen referencia a los datos de la sábana que la asocian con Jesús: antigüedad, tipo de heridas, etc.
Algunos partidarios de esta explicación creen que la imagen fue creada a través de una fuente de energía que emanaba del cuerpo, y las descargas electrostáticas causadas por un campo magnético, y otros, como el químico italiano Giulio Fanti, para quien la imagen pudo haber sido quemada en la superficie de la tela por un estallido de "energía radiante", como la luz brillante, la luz ultravioleta, los rayos X o corrientes de partículas fundamentales que emanan desde el propio cuerpo, según lo cita la BBC.
Los detractores de las teorías milagrosas acusan a sus autores de una actitud pseudocientífica, argumentando que no dan una explicación válida desde el punto de vista de la ciencia, y que parten más del deseo de creer en la autenticidad del sudario que de su análisis imparcial.
Postura de la Iglesia
La Iglesia Católica, propietaria del sudario, no ha manifestado oficialmente su aceptación o rechazo hacia la reliquia, dejando la cuestión a la decisión de cada uno.
En su anuncio sobre la visita del papa Francisco, el arzobispo de Turín se limitó a subrayar que esta visita "confirma la devoción a la mortaja que millones de peregrinos reconocen como un signo del misterio de la pasión y muerte del Señor", sin decir nada acerca de la autenticidad del sudario.
En 1958, el papa Pío XII autorizó la imagen de la sábana debido a la devoción católica hacia la Santa Faz de Jesús.
En 1998, el papa Juan Pablo II insistió que, "puesto que no es una cuestión de fe, la Iglesia no debe interceder en estas lides".
"A los científicos corresponde la tarea de continuar investigando, para alcanzar respuestas adecuadas a las preguntas unidas a este sudario", agregó el pontífice, que se mostró profundamente motivado por la imagen, organizando exposiciones públicas de la reliquia en 1998 y 2000.
Con todas las discusiones, suposiciones y, a veces, especulaciones que rodean al famoso paño, lo único que parece claro para todos es que el sudario de Turín sigue siendo un objeto sagrado para millones de creyentes y un misterio que aún nos queda por resolver.
Su idea se apoya en que, como este proceso incluye efectos seminaturales y desconocidos para la ciencia, la ciencia no puede descartarlos.
Además, hacen hincapié en que de momento no existe explicación científica sobre algunos datos relacionados con la imagen, por ejemplo, el hecho de que sea tan detallada o que cambie su intensidad con la distancia. También hacen referencia a los datos de la sábana que la asocian con Jesús: antigüedad, tipo de heridas, etc.
Algunos partidarios de esta explicación creen que la imagen fue creada a través de una fuente de energía que emanaba del cuerpo, y las descargas electrostáticas causadas por un campo magnético, y otros, como el químico italiano Giulio Fanti, para quien la imagen pudo haber sido quemada en la superficie de la tela por un estallido de "energía radiante", como la luz brillante, la luz ultravioleta, los rayos X o corrientes de partículas fundamentales que emanan desde el propio cuerpo, según lo cita la BBC.
Los detractores de las teorías milagrosas acusan a sus autores de una actitud pseudocientífica, argumentando que no dan una explicación válida desde el punto de vista de la ciencia, y que parten más del deseo de creer en la autenticidad del sudario que de su análisis imparcial.
Postura de la Iglesia
La Iglesia Católica, propietaria del sudario, no ha manifestado oficialmente su aceptación o rechazo hacia la reliquia, dejando la cuestión a la decisión de cada uno.
En su anuncio sobre la visita del papa Francisco, el arzobispo de Turín se limitó a subrayar que esta visita "confirma la devoción a la mortaja que millones de peregrinos reconocen como un signo del misterio de la pasión y muerte del Señor", sin decir nada acerca de la autenticidad del sudario.
En 1958, el papa Pío XII autorizó la imagen de la sábana debido a la devoción católica hacia la Santa Faz de Jesús.
En 1998, el papa Juan Pablo II insistió que, "puesto que no es una cuestión de fe, la Iglesia no debe interceder en estas lides".
"A los científicos corresponde la tarea de continuar investigando, para alcanzar respuestas adecuadas a las preguntas unidas a este sudario", agregó el pontífice, que se mostró profundamente motivado por la imagen, organizando exposiciones públicas de la reliquia en 1998 y 2000.
Con todas las discusiones, suposiciones y, a veces, especulaciones que rodean al famoso paño, lo único que parece claro para todos es que el sudario de Turín sigue siendo un objeto sagrado para millones de creyentes y un misterio que aún nos queda por resolver.
RT
No hay comentarios:
Publicar un comentario