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Los Barcos fantasmas más famosos de la historia

Los barcos fantasmas siempre han sido fuente de innumerables historias. A continuación un los barcos fantasmas más importantes de la historia.

El Caleuche

Esta es una de las leyendas más famosas de la mitología del sur de Chile. Se dice que el Caleuche es un barco que aparece en las aguas que rodean a una tripulación acompañado de sonidos de fiesta y de gente riendo. 

El Caleuche carga con todos los espíritus de la gente que se ha ahogado en el océano. El barco los va recogiendo y se cree que una vez a bordo, los espíritus de estos muertos pueden volver a las vidas que antes tenían antes de haberse ahogado.

El SS Valencia

El SS Valencia
Era un barco de vapor que zarpó de la costa de Vancouver, British Columbia en 1906. Al entrar en el Cabo Mendocino se enfrentó a una tormenta y terminó estrellándose en un arrecife. El Valencia comenzó a hundirse y empezaron a bajar balsas salvavidas para los 108 pasajeros que había. Desafortunadamente, muchas de estas balsas se hundieron y otras desaparecieron misteriosamente. 

El barco se hundió y sólo 37 pasajeros fueron rescatados con vida. Cinco meses después un pescador halló una de estas balsas con 8 esqueletos a bordo y desde entonces el hundimiento de este barco sirvió como fuente para muchas historias de barcos fantasmas. 

Los navegantes dicen que a veces se deja ver cerca del arrecife Pachena Point y misteriosamente, 27 años después del hundimiento se halló una de estas balsas flotando tranquilamente en Barkley Sound. La balsa estaba en perfectas condiciones y tenía aún la cubierta original de pintura.

El Ourang Medan

El Ourang Medan
En 1947 dos barcos estadounidenses recibieron llamadas de auxilio de un miembro identificado como parte de la tripulación de la nave holandesa Ourang Medan. 

El interlocutor declaraba que necesitaba ayuda y que gran parte de la tripulación estaba muerta. Los mensajes se acumularon y se fueron haciendo más bizarros terminando en uno que simplemente decía “Yo muero“. 

Al llegar la ayuda, encontraron el Ourang Medan en perfectas condiciones pero a la tripulación entera, muerta y en posiciones extrañas y con las caras en expresión de horror. Antes de que la investigación comenzara, el barco explotó y se hundió. 

Algunos dicen que el Ourang Medan cargaba con nitroglicerina ilegal que no se aseguró debidamente y empezó a filtrarse en el aire. Otros dicen que fue víctima de extraterrestres o alguna otra forma de actividad paranormal…

El Carroll A. Deering

Carroll A. Deering
Uno de los barcos fantasmas más famosos de la costa este de los Estados Unidos. 

En 1921, la goleta Carroll A. Deering regresaba de sudamérica después de entregar carbón y fue visto por última vez por un barco cerca de Cape Lookout. 

Durante varios días quedó atrapado en Diamond Schoals, un área famosa por haber provocado anteriormente varios naufragios. La ayuda llegó muchos días después pero el Carroll A. Deering estaba completamente vacío. El equipo de navegación no estaba y tampoco las balsas salvavidas. 

Si bien no había señales de violencia ni nada por el estilo, el gobierno de los Estados Unidos desató una investigación masiva en donde se descubrió que muchos otros barcos habían desaparecido antes por esa zona. Una de las teorías que más sonaron en relación al Carroll, fue la de que fue víctima de piratas o traficantes de ron. Otros dicen que hubo amotinamiento pero la verdad jamás se supo.

El Baychimo

El Baychimo
El Baychimo era un barco de vapor propiedad de la compañía Hudson Bay y zarpó por primera vez a principios de 1920. Era usado para el intercambio de pieles con los Inuits en el norte de Canadá hasta que en 1931 quedó atrapado entre masas de hielo en Alaska. Ante varios intentos fallidos de liberar al Baychimo, la tripulación fue evacuada por aire y tras una ventisca que rompió el hielo, el barco quedó liberado pero fue abandonado a su suerte debido a que quedó muy dañado. 

Hudson Bay asumió que no sobreviviría al invierno pero asombrosamente permaneció a flote y a la deriva en aguas de Alaska por 38 años. 

El Baychimo se convirtió rápidamente en una leyenda local y frecuentemente era avistado cerca del hielo por eskimales y otros navíos. Fue visto por última vez en 1969 y desde entonces no ha sido visto, asumiéndose ahora sí que en efecto alguna tormenta lo hundió.

El Octavius

El Octavius
Una de las historias más famosas que involucran a barcos fantasmas es la del Octavius. De acuerdo a TopTenz, la leyenda data desde 1775 cuando se dice que el Herald (un barco ballenero) se topó con el Octavius que flotaba sin rumbo sobre las aguas cerca de la costa de Groenlandia. 

Los tripulantes del Herald abordaron el Octavius y se dieron cuenta de que la tripulación entera estaba congelada debido al frío del ártico. Lo impresionante fue que hallaron al capitán del barco sobre su escritorio con una nota a medio terminar con fecha de 1762, lo que indicaba que el Octavius había estado a la deriva por 13 años con su tripulación congelada desde entonces.

El Joyita

El Joyita
Este barco pesquero fue hallado flotando sin pasajeros en el Océano Pacífico en 1955. 

El barco zarpó con 25 pasajeros con ruta hacia las islas Tokelau pero algo pasó en el trayecto y algunas horas después (al notarse la tardanza del barco) los equipos de rescate fueron liberados. 

La búsqueda por aire falló y fue hasta cinco semanas después que un barco mercantil se topó con el Joyita a 600 millas de su ruta original. No hallaron señal de los pasajeros ni de las balsas salvavidas y se registraron serios daños en uno de los costados del barco. 

La inspección reveló que el radio había sido sintonizado en la señal de ayuda además de que hallaron varias bolsas con vendajes sangrientos. Ninguno de los pasajeros fue visto de nuevo y se cree que piratas los asesinaron y arrojaron los cadáveres al mar.

El Lady Lovibond

El Lady Lovibond
Inglaterra tiene una larga tradición en leyendas sobre los barcos fantasmas y el Señora Lovibond es probablemente el más famoso de ellas. Según la historia, el capitán del Señora Lovibond, Simon Peel, acababa de casarse, y decidió celebrarlo realizando un crucero en este barco. 

El 13 de febrero de 1748, trajo a su flamante esposa, pese a la creencia de que llevar a una mujer a bordo de un navío era preludio de mala suerte. 

El destino, o tal vez el infortunio, hizo que el primer oficial del barco entablará una fugaz relación con la señora de Peel, después de las celebraciones, Enojado y abrumado por los celos, el capitán dirige el barco intencionadamente hacia un banco de arena. 

Tras el impacto, el navío se hunde muriendo todos los pasajeros. La leyenda asegura que el buque aún puede ser visto en las proximidades de aquel lugar cada 50 años. En los años 1798, 1848 y 1998, se documentaron varios testimonios de avistamientos de este barco fantasma.

El Mary Celeste

El Mary Celeste
Una de las historias más famosas de barcos, un bergantín que fue hallado abandonado y en ruinas en el Océano Atlántico en 1872. 

El barco se encontró en buenas condiciones con sus velas izadas y abundantes reservas de comida a bordo. No había rastros de la tripulación pero tampoco de las balsas salvavidas. 

El ataque de piratas fue descartado ya que también había 1,500 barriles intactos de alcohol. Se cree que alguna enfermedad o tormenta pudo haber matado a la tripulación o que las balsas salvavidas en donde partieron se hundieron.

El Flying Dutchman

El Flying Dutchman
Fue una nave que hasta la fecha ha inspirado historias de horror, cuadros, películas y hasta óperas. El barco se menciona por primera vez en el libro de viajes de George Barrington a finales del siglo XVIII. 

Se supone que el Flying Dutchman era un navío proveniente de Amsterdam que era capitaneado por un hombre llamado Van der Decken. La expedición apuntaba hacia la India pero se vio envuelta en una tormenta cerca del Cabo Good Hope. 

El capitán se volvió loco “aunque Dios lo hiciera navegar hasta el Juicio Final“. El barco se hundió en la tormenta y desde entonces quedó condenado a navegar los mares por la eternidad.

El holandés Errante

El holandés Errante
La imaginación marítima tiene su barco fantasma preferido y éste es el Holandés Errante. Un navío que ha inspirado pinturas, historias de terror, El Holandés Errante, es el preferido por la imaginaria popular y el más llevado a las películas e incluso una ópera. 

El buque fue mencionado por primera vez a finales de 1700 en un libro de George Barrington y desde ese momento la leyenda continúa creciendo, gracias a una serie de apariciones que han relatado algunos pescadores y marineros a lo largo y ancho del planeta. 

El Holandés Errante es un barco que salió de Amsterdam capitaneado por un hombre llamado Van der Decken con dirección a las Indias Orientales. Al enfrentarse con una peligrosa tormenta cerca del Cabo de Buena Esperanza, Van der Decken, tomó la decisión de seguir adelante, matando a su primer oficial que se oponía, y profetizando que “¡iba a cruzar el cabo, incluso si Dios lo castigaba haciéndolo navegar hasta el Día del Juicio!” 

A pesar de los esfuerzos, el barco se hundió en una tormenta y la leyenda cuenta que desde ese momento el fantasma de Van der Decken fue condenado a navegar por los mares para siempre.

UB-65

UB-65
El U-65 era un submarino alemán de la Primera Guerra Mundial, cuya extraña historia se inicia antes de abandonar los astilleros de Brujas, Bélgica. Una viga destinada a la eslora de la cubierta mató a un obrero convirtiéndose en la primera víctima de una cadena de extrañas muertes ocurridas en torno a este submarino. Durante las pruebas iniciales de navegación tres tripulantes murieron asfixiados al llenarse de gases la sala de máquinas.

En pruebas posteriores efectuadas junto a una flotilla de submarinos gemelos, las cuales se iniciaron sin problemas, el capitán ordenó la primera inmersión del UB-65. El mar estaba en calma y había una brisa suave. 

Antes de sumergirse, el capitán ordenó a un marinero ir a proa a realizar una inspección de las escotillas, esta era una inspección de rutina, pero en vez de efectuar la inspección, inexplicablemente el marinero saltó por la borda siendo atrapado por el remolino del submarino.

Una vez iniciada la inmersión, el capitán ordenó estabilizar la nave a los diez metros, extrañamente continuó descendiendo hasta chocar con el fondo del mar, quedando inmóvil. Cerca de doce horas permaneció en esta situación en el fondo del mar, y filtrándose el agua. Nuevamente comenzó a llenarse de gases, pero en ese momento, tan extrañamente como se había hundido, comenzó a moverse y ascendió a la superficie.

Luego de estos extraños sucesos fue enviado a los astilleros para ser revisado en seco. A los pocos días fue declarado apto para el servicio, siendo aprovisionado y armado. Cuando se efectuaba esta maniobra la cabeza de uno de los torpedos estalló, matando al segundo teniente y ocho marineros.

Fue remolcado al dique pero en esos momentos un marinero aseguró haber visto al segundo teniente, muerto en la explosión, de pie en la proa y con los brazos cruzados. Al ser reparado, y antes de iniciar la navegación, otro marinero que deserto aseguró que él también había visto al segundo teniente en el mismo sitio.

Se le ordenó al capitán del UB-65 zarpar con rumbo al estrecho de Dover, durante todo el trayecto varios tripulantes aseguraron ver al oficial muerto. Uno de los testigos fue el oficial de servicio, quien aseguró haber visto su fantasma y cómo éste se desvanecía.

Al regresar a la base, ésta se encontraba bajo un fuerte ataque aéreo, lo cual no afectó a la tripulación ya que lo único que deseaban era abandonar la nave. En los momentos que el capitán bajaba la pasarela, fue muerto al ser alcanzado por la metralla. Todas estas muertes, que habían sido acalladas por la marina, motivaron que los altos mandos de la marina imperial, para tranquilidad de los marineros, tomara la decisión de ordenar a un sacerdote que exorcizara el submarino. Pero al parecer no dio resultado, porque en la siguiente misión del UB-65 un tripulante se suicidó, un artillero se volvió loco y el primer maquinista se quebró una pierna.

El 10 de julio de 1918 el L-2, submarino norteamericano, divisó un submarino alemán navegando a la deriva frente a las costas de Irlanda. El capitán del L-2 ordenó maniobrar para atacarlo. Al mirar por el periscopio notó una extraña figura que permanecía de pie, en la proa de la nave, con los brazos cruzados. A los pocos segundos una enorme explosión destrozó al UB-65.

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