Hoy, viernes 31 de julio, se podrá ver en el cielo este evento astronómico que ocurre aproximadamente cada tres años y que no volverá a producirse hasta 2018. Qué dice la NASA sobre este fenómeno.
Esta noche tendremos una "Luna azul". En realidad, no será de color azul, sino que la veremos como cualquier otra Luna, entre gris pálido, blanco y plateado. Pero recibe este nombre por ser la segunda Luna llena dentro de un mismo mes del calendario, julio en este caso.
En general, cada año cuenta con 12 lunas nuevas, una por mes. Sin embargo, en ocasiones tiene una extra, trece, y la que está "demás" recibe este peculiar nombre. Según explica la NASA en su sitio web, "las Lunas llenas están separadas por 29 días, mientras que la mayoría de los meses cuentan con 30 ó 31 días, por lo que es posible que dos Lunas llenas 'entren' en un mismo mes. Esto sucede cada dos años y medio, en promedio".
Por qué hay trece Lunas
El mes lunar o sinódico, que va de Luna llena a Luna llena, tiene una media de 29.5 días; es, por lo tanto, algo más corto que los meses de nuestro calendario, con la excepción de febrero.
Ese medio día o día y medio extra (el desfase entre nuestro calendario y de este astro) se va acumulando a lo largo del año y es lo que genera que se produzca una Luna llena de más. De media, es un fenómeno que se suele producir cada 2.7 años. Así que para ver la próxima Luna azul tendremos que esperar a enero de 2018.
¿Pero será realmente azul? "Probablemente no", dice el artículo de la NASA. "La fecha de la luna llena, por sí misma, no afecta al color de la luna. La luna del 31 de julio será gris perlada, como de costumbre". Y agrega: "A menos que... Hubo un tiempo, no hace mucho tiempo, en el que la gente vio Lunas azules casi todas las noches. Las Lunas llenas, cuarto creciente o cuarto menguante: todos eran azules, excepto algunas noches, cuando eran verdes", explican.
La Luna azul que no es azul
Pero, si no es azul, ¿por qué se llama Luna azul? Es una traducción del inglés "Blue Moon" y se suele usar para referirse a un hecho cualquiera, excepcional, vinculado con la Luna.
Según explica la NASA y retoma La Vanguardia, en 1883 se produjo una erupción sumamente virulenta del volcán indonesio Krakatoa (como una bomba nuclear de 100 megatones) que vomitó tal cantidad de ceniza a la atmósfera que hizo que durante años el cielo se tiñera de colores extraños: los atardeceres se volvieron rojos y la luna se veía azul. Este filtro de color se debía al hecho de que la luz del Sol y la Luna atravesaban una capa de partículas de humo y ceniza en suspensión en la atmósfera, que les daban esa tonalidad. Las Lunas azules persistieron durante años después de la erupción y durante ese tiempo las personas también vieron Soles color lavanda.
Otros volcanes menos potentes también convirtieron a la Luna azul. Por ejemplo, en 1983, después de la erupción del volcán El Chichón, en México y, según narra la NASA, también hay informes de Lunas azules causadas por el monte St. Helens en 1980 y el Monte Pinatubo en 1991.
La última Luna azul "de verdad" se vio en Edimburgo, Escocia, en septiembre de 1950. Fue el astrónomo Robert Wilson del Observatorio Real quien observó el evento y concluyó que tenía ese color porque la luz del satélite de la Tierra estaba atravesando una zona de nubes cargadas con partículas de humo y ceniza procedentes de los incendios forestales que estaban quemando en Alberta, Canadá. Las partículas atravesaron el Océano Atlántico y quedaron en suspensión sobre Escocia coincidiendo con el evento lunar. Y eso dio lugar al evento espectacular y único.
De hecho, en este artículo la NASA asegura que es más común que la Luna se vea con un color rojizo que azulados. Y dice: "¿Absurdo? Sí. Pero de eso se trata la Luna azul". Y aclara que el nombre de "Luna azul" deriva del uso que le fue dando el folklore moderno a la segunda Luna llena del mes calendario.
Fuentes: La Vanguardia / EFE / NASA.
En general, cada año cuenta con 12 lunas nuevas, una por mes. Sin embargo, en ocasiones tiene una extra, trece, y la que está "demás" recibe este peculiar nombre. Según explica la NASA en su sitio web, "las Lunas llenas están separadas por 29 días, mientras que la mayoría de los meses cuentan con 30 ó 31 días, por lo que es posible que dos Lunas llenas 'entren' en un mismo mes. Esto sucede cada dos años y medio, en promedio".
Por qué hay trece Lunas
El mes lunar o sinódico, que va de Luna llena a Luna llena, tiene una media de 29.5 días; es, por lo tanto, algo más corto que los meses de nuestro calendario, con la excepción de febrero.
Ese medio día o día y medio extra (el desfase entre nuestro calendario y de este astro) se va acumulando a lo largo del año y es lo que genera que se produzca una Luna llena de más. De media, es un fenómeno que se suele producir cada 2.7 años. Así que para ver la próxima Luna azul tendremos que esperar a enero de 2018.
¿Pero será realmente azul? "Probablemente no", dice el artículo de la NASA. "La fecha de la luna llena, por sí misma, no afecta al color de la luna. La luna del 31 de julio será gris perlada, como de costumbre". Y agrega: "A menos que... Hubo un tiempo, no hace mucho tiempo, en el que la gente vio Lunas azules casi todas las noches. Las Lunas llenas, cuarto creciente o cuarto menguante: todos eran azules, excepto algunas noches, cuando eran verdes", explican.
La Luna azul que no es azul
Pero, si no es azul, ¿por qué se llama Luna azul? Es una traducción del inglés "Blue Moon" y se suele usar para referirse a un hecho cualquiera, excepcional, vinculado con la Luna.
Según explica la NASA y retoma La Vanguardia, en 1883 se produjo una erupción sumamente virulenta del volcán indonesio Krakatoa (como una bomba nuclear de 100 megatones) que vomitó tal cantidad de ceniza a la atmósfera que hizo que durante años el cielo se tiñera de colores extraños: los atardeceres se volvieron rojos y la luna se veía azul. Este filtro de color se debía al hecho de que la luz del Sol y la Luna atravesaban una capa de partículas de humo y ceniza en suspensión en la atmósfera, que les daban esa tonalidad. Las Lunas azules persistieron durante años después de la erupción y durante ese tiempo las personas también vieron Soles color lavanda.
Otros volcanes menos potentes también convirtieron a la Luna azul. Por ejemplo, en 1983, después de la erupción del volcán El Chichón, en México y, según narra la NASA, también hay informes de Lunas azules causadas por el monte St. Helens en 1980 y el Monte Pinatubo en 1991.
La última Luna azul "de verdad" se vio en Edimburgo, Escocia, en septiembre de 1950. Fue el astrónomo Robert Wilson del Observatorio Real quien observó el evento y concluyó que tenía ese color porque la luz del satélite de la Tierra estaba atravesando una zona de nubes cargadas con partículas de humo y ceniza procedentes de los incendios forestales que estaban quemando en Alberta, Canadá. Las partículas atravesaron el Océano Atlántico y quedaron en suspensión sobre Escocia coincidiendo con el evento lunar. Y eso dio lugar al evento espectacular y único.
De hecho, en este artículo la NASA asegura que es más común que la Luna se vea con un color rojizo que azulados. Y dice: "¿Absurdo? Sí. Pero de eso se trata la Luna azul". Y aclara que el nombre de "Luna azul" deriva del uso que le fue dando el folklore moderno a la segunda Luna llena del mes calendario.
Fuentes: La Vanguardia / EFE / NASA.
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