- El reciente caso de una niña de Yemen se suman a otros que supieron conmocionar al mundo. ¿Qué esconden?
Saadiya Saleh, es una niña de 12 años de Yemen que conmocionó al mundo al publicarse un video donde se la ve llorando piedras en forma inexplicable. Según detalla el periodista Enrique Márquez, el caso se suma a otros conocidos con anterioridad de jóvenes que protagonizaban el mismo fenómeno. Todos cumplían la condición de ser niñas menores de 14 años. ¿Cuál es el secreto oculto detrás de estos hechos?
El primer caso que cobró notoriedad en la prensa fue en Líbano y tuvo por protagonista aHasnah Mohamed Meselmani, también por entonces con 12 años de edad. El video difundido en 1996 recorrió el mundo y se veía a una tímida jovencita, siempre acompañada por su padre, a quien le salían pequeños cristales de cuarzo de sus ojos y, según decían, a razón de "7 por día".
Márquez pone como posible hipótesis a un programa televisivo donde un hombre realizaba la misma acción, escondiendo piedritas en sus ojos, para luego sacarlas presionando levemente. La técnica estaba en la rapidez de las manos.
El tema es que en el caso de las niñas no se trata de una habilidad manual sino que los objetos están ya en su ojo y de allí salen. Por lo tanto, la explicación que se dio sobre Hasnah es que las piedras eran colocadas por otra persona en el conducto lacrimal y luego se lo extraían con una leve presión del párpado inferior.
Después de la niña libanesa cualquiera podría pensar que el tema estaría cerrado y nadie se asombraría si surgiera un caso similar. Pero no, aparecieron nuevas jovencitas y casi todos obedecían al "modelo Hasnah". Así se conocieron los casos de una niñita de 10 años en Pakistán, otra joven yemenita de 20 años en Bajil, una niña en Arabia Saudita, Tina Agustina de 19 en Indonesia, y en la India rápidamente proliferaron las estrellas: Savitri Kumari de 13, en Hazaribagh (Jharkhand), y Divya de 7, en Andrah Pradesh, fueron algunas de las tantas que se sumaron a la epidemia.
Márquez asegurar que en ese ardid reside la explicación de los fenómenos aunque no se atreve a aseverar completamente que así sea. Como argumento esboza que introducirse un pequeño objeto en el ojo para luego extraerlo, no es nuevo. Uno de los primeros aportes lo hizo "el padre de la magia moderna", el gran ilusionista Jean Eugène Robert-Houdin (1805-1871).
El primer caso que cobró notoriedad en la prensa fue en Líbano y tuvo por protagonista aHasnah Mohamed Meselmani, también por entonces con 12 años de edad. El video difundido en 1996 recorrió el mundo y se veía a una tímida jovencita, siempre acompañada por su padre, a quien le salían pequeños cristales de cuarzo de sus ojos y, según decían, a razón de "7 por día".
Márquez pone como posible hipótesis a un programa televisivo donde un hombre realizaba la misma acción, escondiendo piedritas en sus ojos, para luego sacarlas presionando levemente. La técnica estaba en la rapidez de las manos.
El tema es que en el caso de las niñas no se trata de una habilidad manual sino que los objetos están ya en su ojo y de allí salen. Por lo tanto, la explicación que se dio sobre Hasnah es que las piedras eran colocadas por otra persona en el conducto lacrimal y luego se lo extraían con una leve presión del párpado inferior.
Después de la niña libanesa cualquiera podría pensar que el tema estaría cerrado y nadie se asombraría si surgiera un caso similar. Pero no, aparecieron nuevas jovencitas y casi todos obedecían al "modelo Hasnah". Así se conocieron los casos de una niñita de 10 años en Pakistán, otra joven yemenita de 20 años en Bajil, una niña en Arabia Saudita, Tina Agustina de 19 en Indonesia, y en la India rápidamente proliferaron las estrellas: Savitri Kumari de 13, en Hazaribagh (Jharkhand), y Divya de 7, en Andrah Pradesh, fueron algunas de las tantas que se sumaron a la epidemia.
Márquez asegurar que en ese ardid reside la explicación de los fenómenos aunque no se atreve a aseverar completamente que así sea. Como argumento esboza que introducirse un pequeño objeto en el ojo para luego extraerlo, no es nuevo. Uno de los primeros aportes lo hizo "el padre de la magia moderna", el gran ilusionista Jean Eugène Robert-Houdin (1805-1871).
En su obra "Confidences d'un prestidigitateur" (París, Librairie Nouvelle, 1859, 2 tomos), el último capítulo lo denominó "Un Curso de Milagros". En el mismo comenta "El Clavo en el Ojo", un curioso truco que le mostró el mismo cura-callos que le enseñó malabares en su juventud. Según el relato de Houdin, el efecto consistía en "introducirse un pequeño clavo en el ojo derecho, el cual luego pasa al ojo izquierdo, de allí a la boca, y al final retorna al ojo derecho".
¿Será este el caso? ¿Vos qué pensas?
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