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Científicos se acercan al “santo grial” de la energía eterna

Investigadores de EE.UU. lograron una reacción por fusión nuclear con saldo energético positivo. A diferencia de una central nuclear por fisión, esta es limpia e ilimitada.

Científicos de EE.UU. dieron un gran salto hacia la obtención de energía limpia e ilimitada. Lograron que un reactor de fusión nuclear produjera más energía de la que fue aplicada para generar la reacción.

El avance, conseguido en el Laboratorio Nacional Lawrence Livermore de California, supone un hito hacia el objetivo aún lejano de convertir la fusión nuclear en una fuente de energía tan eterna como el Sol.

Una descripción del trabajo fue publicada esta semana en 
la revista Nature. Es el primer avance importante tras varios fracasos en la persecución de este objetivo.

El mayor problema para lograr la fusión nuclear es generar una cantidad de energía igual o superior a la que se necesita para poner en marcha el proceso de fusión.

La energía supone calor y en el caso de un reactor por fusión las temperaturas son muy altas. Tanto, que el combustible que se usa (diferentes tipos de hidrógeno) no está en estado sólido, líquido ni gaseoso, sino en un cuarto estado: plasma.

No existe ningún recipiente material que pueda contener 
el plasma. En el caso de este experimento se usó un “recipiente” láser.

En el experimento, una microscópica esfera de átomos de hidrógeno fue bombardeada 
con 192 fuentes de láser. Con el calor de los láseres, la esfera alcanzó los 100 millones de grados centígrados, siete veces más que en el centro del Sol.

A semejantes temperaturas los átomos de hidrógeno se fusionaron y convirtieron en helio, neutrones y mucha energía. Sin embargo, no lograron lo que se conoce como ignición, el punto a partir del cual la reacción de fusión se alimenta a sí misma y puede continuar de manera indefinida.

No obstante, el rendimiento del experimento ha sido 10 veces superior al que se había logrado en intentos anteriores de fusión nuclear, pero aún es unas 100 veces inferior a lo que se necesitaría para la ignición.

Para lograr este avance, se necesitaron gastar, a la fecha, 5.300 millones de dólares en instalaciones y funcionamiento.

“Hay mucho trabajo por hacer, y problemas físicos que es necesario abordar antes de llegar al final, pero nuestro equipo está trabajando en todos esos desafíos, y eso es lo que motiva a todos los científicos”, aseguró Omar Hurricane, autor principal del trabajo.

En Argentina

La historia de la fusión tiene un capítulo agridulce en Argentina. En 1948 se desarrolló en el país el “Proyecto Huemul”, comandado por el científico austríaco Ronald Richter, quien convenció al presidente Juan Perón de que podía lograr esta tecnología.

Con un presupuesto millonario, Richter se instaló en la isla Huemul, en el lago Nahuel Huapi. En marzo de 1951 el austríaco le comunicó a Perón que los experimentos habían tenido éxito. El gobierno anunció: “El 16 de febrero de 1951 en la Planta Piloto de Energía Atómica en la isla Huemul, de San Carlos de Bariloche, se llevaron a cabo reacciones termonucleares bajo condiciones de control en escala técnica”. Sin embargo, en 1952 una comisión fiscalizadora, integrada entre otros por el físico José Antonio Balseiro, visitó las instalaciones y descubrió el fraude.

Lo curioso es que esta estafa fue el puntapié inicial para el desarrollo nuclear argentino y convirtió al país en una de las potencias mundiales en desarrollo atómico.

Diferencia entre fisión y fusión

Fusión. La fusión nuclear es la energía que alimenta al Sol. Es una energía limpia que no pro­duce residuos radiactivos. No obstante, la bomba de hidrógeno es un ejemplo incontrolado y malo de fusión nuclear.

Unir. En la fusión se utiliza hidrógeno como combustible, el elemento más liviano y abundante del Universo. El objetivo es unir átomos de hidrógeno para crear átomos más pesados de helio y generar radiación alfa, limpia.

Fisión. En la fisión, se utiliza como combustible uranio, una sustancia escasa en la Tierra.

Partir. El objetivo es partir el pesado núcleo de uranio en elementos más livianos, como bario, estroncio o xenón. A su vez, genera radiación gamma, muy contaminante. Esta tecnología ya es controlada en centrales nucleares, como la de Embalse, y es responsable de las bombas atómicas lanzadas en Japón. Pero la energía nuclear también es importante para desarrollos médicos.


Fuente: lavoz.com.ar

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