La red de grietas de Europa que se entrecruzan sirve como un registro de las tensiones causadas por enormes mareas en el océano global de esa luna. Estas mareas se producen porque Europa viaja alrededor de Júpiter en una órbita ligeramente ovalada. Cuando Europa se acerca al planeta, el satélite se estira, como lo hace una cinta de goma cuando tiramos de ambos extremos. En esas circunstancias, la altura del océano aumenta casi 30 metros (100 pies).
Ese incremento es de casi tanta altura como la de algunos de los frentes de agua que alcanzaron costas durante el tsunami de 2004 en el Océano Índico, pero ocurre en un astro que mide sólo un cuarto del diámetro de la Tierra, aproximadamente.
Cuando Europa se aleja de Júpiter, adquiere de nuevo una forma esférica.
La capa de hielo de Europa tiene también que estirarse y flexionarse para adaptarse a estos cambios, pero cuando las tensiones se vuelven demasiado grandes, se resquebraja. El enigma al respecto siempre ha sido por qué las grietas en la capa de hielo de Europa apuntan en direcciones diferentes con el paso del tiempo, pese a que Europa, cuya rotación está sincronizada con su periodo orbital, presenta siempre la misma cara a Júpiter.
Al analizar las distintivas grietas que recubren la superficie de Europa, el equipo de Alyssa Rhoden y Terry Hurford, del Centro Goddard de Vuelos Espaciales de la NASA en Greenbelt, Maryland, Estados Unidos, encontró evidencias de que esta luna de Júpiter probablemente giraba alrededor de un eje inclinado en algún momento de su historia. Una pequeña inclinación u oblicuidad, en el eje de giro, en algún momento del pasado, puede explicar mucho de lo que ven ahora los científicos.
La inclinación de Europa podría influir en los cálculos sobre cuánto de la historia del satélite está registrado en su cubierta congelada, cuánto calor se genera por las mareas en su océano, e incluso cuánto tiempo ese océano subterráneo ha permanecido en estado líquido.
Fuente: http://noticiasdelaciencia.com
Ese incremento es de casi tanta altura como la de algunos de los frentes de agua que alcanzaron costas durante el tsunami de 2004 en el Océano Índico, pero ocurre en un astro que mide sólo un cuarto del diámetro de la Tierra, aproximadamente.
Cuando Europa se aleja de Júpiter, adquiere de nuevo una forma esférica.
La capa de hielo de Europa tiene también que estirarse y flexionarse para adaptarse a estos cambios, pero cuando las tensiones se vuelven demasiado grandes, se resquebraja. El enigma al respecto siempre ha sido por qué las grietas en la capa de hielo de Europa apuntan en direcciones diferentes con el paso del tiempo, pese a que Europa, cuya rotación está sincronizada con su periodo orbital, presenta siempre la misma cara a Júpiter.
Al analizar las distintivas grietas que recubren la superficie de Europa, el equipo de Alyssa Rhoden y Terry Hurford, del Centro Goddard de Vuelos Espaciales de la NASA en Greenbelt, Maryland, Estados Unidos, encontró evidencias de que esta luna de Júpiter probablemente giraba alrededor de un eje inclinado en algún momento de su historia. Una pequeña inclinación u oblicuidad, en el eje de giro, en algún momento del pasado, puede explicar mucho de lo que ven ahora los científicos.
La inclinación de Europa podría influir en los cálculos sobre cuánto de la historia del satélite está registrado en su cubierta congelada, cuánto calor se genera por las mareas en su océano, e incluso cuánto tiempo ese océano subterráneo ha permanecido en estado líquido.
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