Los lagos salados son cruciales para la vida silvestre, la industria y la salud humana. Proporcionan hábitat para aves migratorias, minerales para industrias extractivas y oportunidades recreativas, y son importantes económicamente. Por ejemplo, el Gran Lado Salado genera un valor económico anual cercano a 1.320 millones de dólares (1.120 millones de euros).
Cuando tienen agua abundante, protegen a los residentes cercanos de las tormentas de polvo creadas por los lechos secos del lago, que causan asma y otras enfermedades respiratorias, como se demostró después de la desecación del mar de Aral y del lago Owens, de California (Estados Unidos).
Aunque esos ecosistemas crecen y se contraen con los ciclos climáticos naturales, las extracciones humanas de agua crean una demanda persistente que reduce los niveles de agua del lago, a veces de forma drástica.
Los investigadores se centraron en el Gran Lago Salado y crearon un balance hídrico que demuestra que el desarrollo del agua para la agricultura y otros usos humanos en los últimos 160 años ha provocado que el lago haya disminuido cerca de 3,35 metros de altura y perdido casi el 50% de su área.
Ello ha degradado el hábitat de las aves migratorias que usan el lago para anidar y alimentarse, y ha causado problemas para la extracción de minerales y su uso recreativo, exponiendo a la localidad cercana de Salt Lake City a crecientes tormentas de polvo procedendes del lecho del lago.
"El Gran Lago Salado definitivamente se está reduciendo", afirma Wayne Wurtsbaugh, de la Universidad Estatal de Utah y autor principal del estudio, quien añade: "Aunque el lago ha subido y bajado con sequías e inundaciones en las últimas décadas, la persistencia de desvíos de agua ha reducido el nivel del lago unos 11 pies (3,35 metros) y ha expuesto mucho lecho del lago. Los planes del Estado de Utah de continuar desarrollando agua en la cuenca solo empeorarán el problema".
En cambio, los investigadores argumentan que se deben encontrar recursos hídricos adicionales, (aproximadamente un 29%) para que el lago vuelva a un estado saludable.
"El Estado ha tenido cierto éxito en la conservación del agua para los hogares, pero dado que el agua para la agricultura representa más del 60% del uso del agua, la conservación doméstica representa sólo una reducción menor", apunta Wurtsbaugh, que concluye: "Se necesitarán reducciones en el uso de agua de todos los sectores si queremos resolver este problema".
SERVIMEDIA
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