Fue Albert Einstein quien declaró que existen al menos cuatro dimensiones. La cuarta dimensión es el tiempo, el tiempoespacio, ya que el científico dijo que el tiempo y el espacio no pueden separarse. En la física moderna, sin embargo, las teorías sobre la existencia de tantas como once dimensiones y la posibilidad de más está ganando tracción. Esto podría explicarnos muchísimas cosas que hasta ahora flotan en un limbo difícil de aprehender, porque no tienen un “lugar” (o dimensión) que tenga nombre propio y demarcación.
Bernard Carr, profesor de matemáticas y astronomía en la Universidad Queen Mary de Londres, es probablemente uno de los teóricos más lúcidos y accesibles que explica el problema de las dimensiones. En una conferencia apuntó que nuestra conciencia interactúa con otra dimensión. El universo multidimensional que él visualiza tiene una estructura jerárquica, y de acuerdo a él, nosotros estamos en el nivel dimensional más bajo de todos.
“El modelo resuelve problemas filosóficos bien conocidos concernientes a la relación entre la materia y la mente; elucida el problema del tiempo y provee un marco ontológico para la interpretación de fenómenos tales como apariciones,experiencias extracorporales, experiencias cercanas a la muerte y sueños”, explicó.
Bernard Carr, profesor de matemáticas y astronomía en la Universidad Queen Mary de Londres, es probablemente uno de los teóricos más lúcidos y accesibles que explica el problema de las dimensiones. En una conferencia apuntó que nuestra conciencia interactúa con otra dimensión. El universo multidimensional que él visualiza tiene una estructura jerárquica, y de acuerdo a él, nosotros estamos en el nivel dimensional más bajo de todos.
“El modelo resuelve problemas filosóficos bien conocidos concernientes a la relación entre la materia y la mente; elucida el problema del tiempo y provee un marco ontológico para la interpretación de fenómenos tales como apariciones,experiencias extracorporales, experiencias cercanas a la muerte y sueños”, explicó.
Carr razona que nuestros sensores físicos sólo nos muestran un universo en 3 dimensiones, aunque estemos al menos en 4 de ellas. Lo que existe en dimensiones más altas son las entidades que no podemos tocar con nuestros sensores físicos. Apuntó que tales entidades por fuerza deben tener un espacio en el cual existir.
“Las únicas entidades no físicas en el universo de las que tenemos alguna experiencia son las mentales, y… la existencia de los fenómenos paranormales sugiere que las entidades mentales deben existir en algún tipo de espacio”, escribió Carr.
El otro espacio dimensional al que accedemos en los sueños se traslapa con el espacio en donde existe la memoria. Carr apunta que la telepatía señala que existe un espacio mental comunitario y que la clarividencia también contiene un espacio físico. “Los preceptos no físicos tienen atributos de externalidad”, dice en su libro Matter, Mind and Higher Dimensions.
Lo que Carr analiza es que dentro del paradigma actual de física −aun ahora que la parapsicología ha ganado un grado de respetabilidad− no podemos acomodar todos los fenómenos psíquicos. Lo que propone es invocar un nuevo paradigma que funja como una “extensión moderna” que incluya a las otras dimensiones. “En la Teoría-M, por ejemplo, el número total de dimensiones es 11, mientras que en la teoría de supercuerdas es 10”, explica. Carr entiende esto como un espacio en 4 dimensiones externas (las 4 dimensiones de la Teoría de Relatividad), y 6 o 7 dimensiones “internas”, que pueden contener y ser contenidas por fenómenos psíquicos no tangibles como los fenómenos paranormales.
“Pero, ¿qué tipo de paradigma podría acomodar la psique?”, se pregunta. “Un rasgo esencial es que debe involucrar la conciencia, ya que esta subyace a todas las experiencias psíquicas”. La postulación de Carr es sumamente interesante si entendemos que es lógico que toda entidad (mental o física) por fuerza debe existir en un espacio, ocupar un espacio, y por lo tanto la teoría y las investigaciones de la física moderna deben incluirlos en su paradigma.
Fuente: pijamasurf
“Las únicas entidades no físicas en el universo de las que tenemos alguna experiencia son las mentales, y… la existencia de los fenómenos paranormales sugiere que las entidades mentales deben existir en algún tipo de espacio”, escribió Carr.
El otro espacio dimensional al que accedemos en los sueños se traslapa con el espacio en donde existe la memoria. Carr apunta que la telepatía señala que existe un espacio mental comunitario y que la clarividencia también contiene un espacio físico. “Los preceptos no físicos tienen atributos de externalidad”, dice en su libro Matter, Mind and Higher Dimensions.
Lo que Carr analiza es que dentro del paradigma actual de física −aun ahora que la parapsicología ha ganado un grado de respetabilidad− no podemos acomodar todos los fenómenos psíquicos. Lo que propone es invocar un nuevo paradigma que funja como una “extensión moderna” que incluya a las otras dimensiones. “En la Teoría-M, por ejemplo, el número total de dimensiones es 11, mientras que en la teoría de supercuerdas es 10”, explica. Carr entiende esto como un espacio en 4 dimensiones externas (las 4 dimensiones de la Teoría de Relatividad), y 6 o 7 dimensiones “internas”, que pueden contener y ser contenidas por fenómenos psíquicos no tangibles como los fenómenos paranormales.
“Pero, ¿qué tipo de paradigma podría acomodar la psique?”, se pregunta. “Un rasgo esencial es que debe involucrar la conciencia, ya que esta subyace a todas las experiencias psíquicas”. La postulación de Carr es sumamente interesante si entendemos que es lógico que toda entidad (mental o física) por fuerza debe existir en un espacio, ocupar un espacio, y por lo tanto la teoría y las investigaciones de la física moderna deben incluirlos en su paradigma.
Fuente: pijamasurf
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