Un joven indio, considerado muerto por sus padres que habían procedido a incinerar supuestamente el cadáver varios días antes, ha regresado a casa para sorpresa de todos, el pasado domingo.
El diario The Times of India ha informado hoy del caso. El joven de 22 años de edad, Mohammad Haris, un nativo de Eswaramangalam, en Kerala, había ido a ver a Chennai (Tamil Nadu) un trabajo, pero había desaparecido misteriosamente, siendo visto por última vez en la habitación del hotel que ocupó.
La policía, alertada por su familia, comenzó a investigar hasta encontrar en un río un cadáver putrefacto, que los padres reconocieron como su hijo, de acuerdo a la ropa interior y una cicatriz en la pierna. Transportado desde Kerala, los restos fueron incinerados en lo que supuestamente era su funeral, el 24 de enero.
Unos días después del funeral un pariente llamó a los padres desde Bangalore para anunciar que el «muerto» estaba vivo, sano y en su casa. Así Haris regresó el domingo a su país natal para abrazar a la familia, para sorpresa e incredulidad del pueblo, que aun no se explica la casualidad.
Fuente: abc.es
El diario The Times of India ha informado hoy del caso. El joven de 22 años de edad, Mohammad Haris, un nativo de Eswaramangalam, en Kerala, había ido a ver a Chennai (Tamil Nadu) un trabajo, pero había desaparecido misteriosamente, siendo visto por última vez en la habitación del hotel que ocupó.
La policía, alertada por su familia, comenzó a investigar hasta encontrar en un río un cadáver putrefacto, que los padres reconocieron como su hijo, de acuerdo a la ropa interior y una cicatriz en la pierna. Transportado desde Kerala, los restos fueron incinerados en lo que supuestamente era su funeral, el 24 de enero.
Unos días después del funeral un pariente llamó a los padres desde Bangalore para anunciar que el «muerto» estaba vivo, sano y en su casa. Así Haris regresó el domingo a su país natal para abrazar a la familia, para sorpresa e incredulidad del pueblo, que aun no se explica la casualidad.
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