Ambos realizaron miles de simulaciones con distintos juegos de dos jugadores, desde los más sencillos hasta llegar al ajedrez, y descubrieron que cuanto más complejo es un juego, más irracional se vuelve a menudo nuestro cerebro.
Galla y Farmer comprobaron que los juegos más básicos, como el tres en raya, aburren más bien pronto, porque la estrategia óptima es demasiado fácil de descubrir. Pero en cuanto la cantidad de movimientos posibles aumenta, como en el ajedrez, el go y los juegos de cartas menos sencillos, el comportamiento humano se vuelve menos racional y es más difícil jugar con corrección. También es verdad que no tuvieron a Magnus Carlsen entre sus conejillos de indias.
Galla y Farmer comprobaron que los juegos más básicos, como el tres en raya, aburren más bien pronto, porque la estrategia óptima es demasiado fácil de descubrir. Pero en cuanto la cantidad de movimientos posibles aumenta, como en el ajedrez, el go y los juegos de cartas menos sencillos, el comportamiento humano se vuelve menos racional y es más difícil jugar con corrección. También es verdad que no tuvieron a Magnus Carlsen entre sus conejillos de indias.
Según ambos investigadores, todo esto también tiene implicaciones en los mercados financieros, ya que muchos economistas basan sus predicciones en un teórico equilibrio del mercado, asumiendo que los «jugadores» son siempre inteligentes y racionales, lo cual es mucho asumir. Como es lógico, esto tiene consecuencias que pueden llegar a ser (y son) catastróficas.
La teoría de los juegos está basada en gran parte en que el punto de equilibrio se alcanza cuando los jugadores tienen un perfecto conocimiento de lo que están haciendo y de lo que sus rivales les plantean. El doctor Galla, físico y astrónomo, llegó a la conclusión de que lo ideal en un juego «no siempre es conseguir ese equilibrio», algo que cualquier jugador de póquer agresivo conoce a la perfección. ¿Qué debe hacerse entonces? «Necesitamos abandonar las teorías convencionales y en su lugar usar nuevos puntos de vista para predecir cómo se comportará la gente».
La pareja de investigadores quiere ampliar ahora sus estudios a juegos con más participantes, como el póquer con mesas un poco más nutridas, lo que será aún más útil no solo para ganar dinero, sino para estudiar a su vez los mercados financieros. Su punto de partida es que en estas partidas el punto de equilibrio será aún menos probable de alcanzar. ¿De la teoría de los juegos a la teoría del caos?
Fuente: abc.es
La teoría de los juegos está basada en gran parte en que el punto de equilibrio se alcanza cuando los jugadores tienen un perfecto conocimiento de lo que están haciendo y de lo que sus rivales les plantean. El doctor Galla, físico y astrónomo, llegó a la conclusión de que lo ideal en un juego «no siempre es conseguir ese equilibrio», algo que cualquier jugador de póquer agresivo conoce a la perfección. ¿Qué debe hacerse entonces? «Necesitamos abandonar las teorías convencionales y en su lugar usar nuevos puntos de vista para predecir cómo se comportará la gente».
La pareja de investigadores quiere ampliar ahora sus estudios a juegos con más participantes, como el póquer con mesas un poco más nutridas, lo que será aún más útil no solo para ganar dinero, sino para estudiar a su vez los mercados financieros. Su punto de partida es que en estas partidas el punto de equilibrio será aún menos probable de alcanzar. ¿De la teoría de los juegos a la teoría del caos?
Fuente: abc.es
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