Sin embargo, las imágenes tomadas desde helicópteros que hoy publican los medios asustan a cualquier bañista.
Expertos de la Universidad Atlántica de Florida (FAU) advierten a quienes piensen adentrarse en el mar de que hay altas probabilidades de que los escualos estén en un radio de 60 pies (18 metros) de la zona de baño.
El mar de color turquesa se ve desde el aire lleno de puntos negros en determinadas zonas, pero si se compara la imagen con la tomada años atrás en la misma área se aprecia que ahora hay menos, lo que aparentemente tiene que ver con cambios en la temperatura del agua en las zonas septentrionales, según los científicos.
Antes se podían ver más de 15.000 tiburones de punta negra en un área y ahora la cifra es inferior, advierte el profesor Stephen Kajiura, del Departamento de Ciencias Biológicas de FAU, que lleva años estudiando estas migraciones y cuyo equipo ha contabilizado manualmente unos 100.000 tiburones hasta ahora.
"El año pasado vimos un descenso notorio en el número de tiburones de punta negra que migraron al sur, tanto que la población era aproximadamente un tercio de la existente en años anteriores", señaló en un comunicado.
Los tiburones de punta negra migran desde el norte cuando el invierno está en su ecuador hacia aguas cercanas a una franja de la costa este de EE.UU. que va desde el norte de Carolina del Norte hasta el norte del condado de Miami-Dade, en el sureste de Florida, y emprenden el regreso cuando el agua del mar se calienta.
Kajiura indicó que si este tipo de escualos dejara de venir a las costas del sur Florida se produciría un impacto ecológico negativo, pues ayudan a "limpiar" los arrecifes de coral y las praderas marinas de especies de peces débiles.
"No estamos seguros de los efectos en cascada que eso tendría", indicó el especialista, quien indicó que antes, en un solo vuelo, visualizaba hasta 12.000 tiburones y ahora el total de los que migran es unos 15.000.
Kajiura, director del Laboratorio de Investigación de Elasmobranquios, y su equipo estudian la correlación entre la temperatura del agua y la migración anual.
Para ello utiliza pequeños dispositivos capaces de suministrar datos en tiempo real y drones.
También cuenta con un pequeño avión con una cámara fija para tomar fotos y vídeos en vuelos en los que alcanza una altura de 500 pies (152 metros).
Las imágenes obtenidas se usan luego para contar el número de tiburones en una computadora.
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