Desde el final de la Segunda Guerra Mundial, la humanidad ha visto pocas guerras a gran escala y pocas muertes en el campo de batalla en comparación con los últimos dos siglos, señala la revista estadounidense Science al describir un nuevo estudio que argumenta que las guerras mundiales surgen con cierta frecuencia.
Antropólogos y politólogos han sugerido que varios logros del siglo XX han disminuido el riesgo de conflictos interestatales a gran escala, dando como ejemplos la expansión de la democracia, el aumento de la interdependencia económica y la amenaza de la aniquilación nuclear mutua.
Desde una perspectiva puramente numérica, dichos argumentos tienen peso. Solo algunos de los conflictos recientes y en curso se han convertido en una guerra total, y pocos han visto recuentos extraordinarios de muertes, calculados en millones y cientos de miles, comunes en las guerras de los siglos XIX y XX, sostiene el artículo.
Para saber si realmente estamos en medio de un período de verdadera armonía, el informático Aaron Clauset, de la Universidad de Colorado en Boulder, procesó los datos del estudio de las guerras 'The Correlates of War Project', un proyecto lanzado en 1963 por la Universidad de Michigan y hoy en día ampliamente usado en Ciencias Políticas.
El modelo
Paracaidistas del Ejército de EE. UU., en Francia, el 6 de junio de 1944. / US National Archives / Reuters
La base de datos incluye el año de inicio y el número de muertes en cada batalla de los 95 conflictos interestatales ocurridos entre 1823 y 2003. La Guerra de Crimea, por ejemplo, comenzó en 1853 y finalmente segó la vida de unos 264.000 soldados en distintos combates.
La Segunda Guerra Mundial dejó un saldo de más de 16,6 millones de caídos en combate. Y la Guerra de Yom Kipur dejó 14.400 soldados muertos en 1973. Los datos sobre las guerras civiles y las guerras no protagonizadas por países, sino, por ejemplo, por grupos terroristas, no están incluidos en este análisis.
A efectos de su estudio Clauset desarrolló una serie de modelos de computadora para reproducir el período de 1823 a 2003, utilizando solo la probabilidad estadística de la frecuencia y la gravedad de las guerras interestatales.
Por un lado, Clauset descubrió que la carnicería inimaginable de la Segunda Guerra Mundial no era, de hecho, una anomalía estadística: su número de víctimas se encuentra dentro del rango esperado de muertes en una guerra de tal escala.
A efectos de su estudio Clauset desarrolló una serie de modelos de computadora para reproducir el período de 1823 a 2003, utilizando solo la probabilidad estadística de la frecuencia y la gravedad de las guerras interestatales.
Por un lado, Clauset descubrió que la carnicería inimaginable de la Segunda Guerra Mundial no era, de hecho, una anomalía estadística: su número de víctimas se encuentra dentro del rango esperado de muertes en una guerra de tal escala.
RT
No hay comentarios:
Publicar un comentario