Anastasia |
El zar Nicolás II y toda su familia fueron ejecutados por las fuerzas bolcheviques que habían triunfado en la revolución comunista en 1918. Se cerraba así la etapa de la Rusia zarista, pero se iniciaba una serie de especulaciones sobre la muerte de la familia real.
La más famosa fue la de una mujer que en 1922 apareció en un siquiátrico en Alemania asegurando ser la Gran Duquesa Anastasia Nikolayevna, la menor de las hijas del zar.
Pese a que integrantes de la familia real rusa y cercanos a los Romanov descartaron la historia desde un principio, pero varios personajes y medios de comunicación a lo largo del mundo ayudaron a posicionar a esta desconocida como la única hija viva de la monarquía rusa.
La más famosa fue la de una mujer que en 1922 apareció en un siquiátrico en Alemania asegurando ser la Gran Duquesa Anastasia Nikolayevna, la menor de las hijas del zar.
Pese a que integrantes de la familia real rusa y cercanos a los Romanov descartaron la historia desde un principio, pero varios personajes y medios de comunicación a lo largo del mundo ayudaron a posicionar a esta desconocida como la única hija viva de la monarquía rusa.
Anna Anderson |
Fueron varias investigaciones y denuncias que aseguraron que la mujer que ahora llevaba el nombre de Anna Anderson no tenía relación con los Romanov, sin embargo, su carisma y la constancia ayudaron a mantener la historia hasta su muerte en 1984, en Estados Unidos.
Pero la idea de que una pequeña niña, heredera del zar, escapara de una ejecuciónllegó a su fin en la década de los 90, cuando fueron encontrados y exhumados los cuerpos de la familia real rusa. A través de análisis de ADN, se comprobó que Anderson no tenía parentesco alguno con los Romanov, más allá de que aún existe un debate sobre la suerte de los cuerpos de zarevic Alexei y Anastasia.
La verdadera identidad de Anna Anderson sería Franziska Schanzkowska, una obrera polaca con un historial de enfermedades mentales.
Pero la idea de que una pequeña niña, heredera del zar, escapara de una ejecuciónllegó a su fin en la década de los 90, cuando fueron encontrados y exhumados los cuerpos de la familia real rusa. A través de análisis de ADN, se comprobó que Anderson no tenía parentesco alguno con los Romanov, más allá de que aún existe un debate sobre la suerte de los cuerpos de zarevic Alexei y Anastasia.
La verdadera identidad de Anna Anderson sería Franziska Schanzkowska, una obrera polaca con un historial de enfermedades mentales.
Fuente: latercera.com
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